Hay alimentos que mejor que no...
Ni se te ocurra comer ESTO en plena ola de calor
Los termómetros suben a lo bestia y llega el momento de adecuar la dieta para intentar evitar aquello que nos puede tumbar. Ojo cuidao, porque hay comidas que no son aconsejables...
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Nos las prometíamos muy felices. Acabó la primavera, lluviosísima este año, y estábamos esperando que llegara el verano con termómetro de locurón y sus temperaturas por encima de 40 grados. Y resulta que no, que el verano arranzó sin que pareciera que fuéramos a derretirnos... Y así nos plantamos a finales de julio y ya nos dio por pensar que iba a ser así para siempre. Peeero noooo, resulta que el subidón del verano ya está aquí. Menos en Soria, Asturias y Cantabria, se superarán los 40 grados en el resto del país en los próximos días y eso hace pupa.
Podríamos volver a daros los consejos de siempre para prevenir el calor, pero seguro que ya os los sabéis de memoria. Que si beber mucha agua, que si el melón va perfecto porque es casi todo líquido elemento, que las verduras como la lechuga te mantienen fresco, etc, pero no, hoy vamos a enumerar aquellas comidas que debéis desterrar de vuestra dieta porque si no, os harán pupita. Hasta que no volvamos a los veintipico grados, tened esto en cuenta.
Salsas picantes. Ni tabasco, ni mojo picón ni salsa brava, al menos de momento. El consumo de capsaicina (que se encuentra en los alimentos picantes) está relacionado con un aumento breve de la temperatura corporal, por lo que cuando hace mucho calor, mejor no experimentar esos momentos de subidote, aunque, a la larga, nos sorvan para sudar y que se refresque el cuerpo.
Café. Ni siquiera con hielo. Lo ideal para mantenerse fresco es controlar el nivel de hidratación, por lo que es recomendable evitar los alimentos que eliminan el agua del cuerpo. Esto incluye el café, que es un potente acelerador de la deshidratación. Si no podemos pasar sin él, mejor rebajarlo con agua para atenuar sus efectos. Y nada de tomarlo en terrazas, aunque estemos a la sombra.
Carne. La digestión de proteínas requiere que nuestro cuerpo trabaje mucho, lo que genera calor en un proceso conocido como termogénesis. Es mejor apostar por los hidratos de carbono. Se requiere entre un 50 y un 100% más de energía para descomponer las proteínas en comparación con los hidratos de carbono. La moraleja de la historia podría ser "abandona por unos días las hamburguesas o los filetes".
Helados. Otros amigos en apariencia que acaban traicionándonos por la espalda. Aunque inicialmente te refrescan, pueden hacer que el regulador de temperatura corporal se vuelva loco. Esto se debe a que el proceso de digestión requiere calor por causa del azúcar que contienen y, cuando enfriamos rápidamente el cuerpo con un helado, se dispara la temperatura haciendo que sudemos y que llevemos peor el calorazo.
Alcohol. Poco se puede decir de él que no hayamos dicho ya. Cuando hace un calor del infierno, la cerveza fría se presenta como uno de los antídotos más apetecibles, pero la realidad es que el alcohol que contiene acaba deshidratándonos cosa mala. Por supuesto, cuanto más alcohol tenga lo que bebamos peor... Y mejor no cambiarlo por los refrescos, que también tienen lo suyo de azúcar. Agua es la recomendación ideal.
Palomitas. Una de las soluciones más socorridas para escapar del calor extremo: refugiarse en la oscuridad de una sala de cine perfectamente acondicionada. Sin embargo, si completamos el plan con una ración grande de palomitas estaremos haciéndole un flaco favor a nuestro cuerpo: el alto contenido en sodio nos puede deshidratar de manera severa. Lo notaremos, sobre todo, al volver al exterior.
Restos. Así, en general. ¿Por qué? Porque el riesgo de que aparezcan bacterias si los hemos dejado a temperatura ambiente es mucho mayor cuando suben las temperaturas. Es mucho mejorno jugársela por aprovechar un trozo de tortilla de patata que comérsela pensando en que quizá al día siguiente podemos estar echando la primera papilla. No tiene sentido jugársela.
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