Seguro que te suenan
Los 10 momentos del día en los que te cargas la dieta: ¡aprende a evitarlos!
Las 24 horas del día albergan trampas para tu estómago que te pueden hacer ganar kilos de más a lo loco. Hemos estudiado las distintas franjas horarias para determinar qué errores estás cometiendo para que las lorzas aparezcan.
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Te levantas de la cama. Bostezas. Te duchas y, arrastrando los pies, llegas a la cocina para tomar el desayuno. No te das cuenta, pero en ese mismo momento comienzan a surgir los peores enemigos para tu línea. Ojo, porque empiezas un día de tentaciones donde, según que elecciones, hagas, puedes estar cagándola. De la mano del reloj, vamos con las tentaciones que acaban con tu línea.
08.00. Te aprietas una pieza de bollería industrial para desayunar. Sí, ya sabemos que se dice que lo que se toma por la mañana se acaba quemando, pero, créenos, mejor que elijas opciones sanas.
10.00. Tras encender el ordenador o dar la primera clase, bajas al bar y 'redesayunas' con tus compis del curro o de la universidad. En muchas ocasiones, esta es una costumbre que seguimos por inercia. ¡Es probable que ni siquiera tengas hambre!
12.00. Momento del segundo ‘break’ de la mañana. Hay dos opciones: comer una fruta que lleves contigo o atacar la máquina de ‘vending’. Si acabas optando por un refresco azucarado o una bolsa de ‘snacks’, ojito: el contador de calorías sigue subiendo.
13.30. Sales a comer y, mientras esperas que te sienten, te aprietas una cervecita (con pincho) en la barra. Teniendo en cuenta que vas a comer, ¿por qué no esperar un poco? De esta manera, es como si te sentaras en la mesa habiendo comido ya un primer plato. Suma y sigue…
14.30. No descompenses tu almuerzo: si el primero es un plato de espaguetis a la carbonara, no elijas un San Jacobo de segundo. Trata de que el menú esté equilibrado.
15.00. Rematas tu comida con un postre que, no, no te engañes, casi siempre es industrial. Mejor que elijas una fruta. La tarta al whisky o el bizcocho tres chocolates que te ofrece el camarero no son dulces que haya elaborado nadie en el restaurante, en la mayoría de las ocasiones.
16.30. Otro cafelito que cae en la máquina. Bueno, lo de ‘cafelito’ es mucho decir: se trata de un bebedizo parecido que suele contener azúcar añadido. Mucho mejor optar por un té o, simplemente, por un vaso de agua.
18.30. ¡Ding, dong! Llega el momento de abandonar la oficina o la escuela y hay vía libre para una caña 'afterwork'. Te recomendamos esperar al fin de semana para beber alcohol. En caso contrario, llegamos al viernes habiendo ingerido una cantidad importante de alcohol.
23.00. Si has acabado tomando algo con tus colegas, seguramente cenarás tarde: craso error. No hay nada peor que empezar a cenar tarde, porque acabamos acostándonos sin haber hecho la digestión. Cuanto antes (y más ligero) cenemos, mejor.
00.00. No 'recenes'. Es bastante probable que, si estás viendo la tele, te decidas a rematar tu cena con una galletita de chocolate, un yogur giego o alguna otra cosita dulce. Es un aporte calórico que tu cuerpo no va a ser capaz de gastar durante la noche.
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