¡A sacar fotos!
Ni dietas, ni dietos: ¡Instagram puede ayudarte a adelgazar!
Mucha gente cree que eso de adelgazar es una tarea aburrida, solitaria y que hay que mantener en secreto, en la privacidad de sus hogares, y como mucho arrastrarla hasta el gimnasio. Sin embargo, en los últimos años ha habido un incremento constante de las cuentas de Instagram donde gente normal se propone adelgazar públicamente.
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¿A qué nos referimos? A que es cada vez más frecuente encontrar cuentas de Instagram con nombres como “el reto de Laura”, “Adelgazar sin dieta”, “Mi nueva vida” etcétera. Son cuentas de personas que han asumido tener un problema de sobrepeso y que se proponen resolverlo con la ayuda de los demás.
Muchas de estas cuentas son verdaderos diarios alimenticios: los dueños relatan qué comen, cuándo, y cuánto ejercicio han hecho durante el día. Lo que impresiona es la cantidad de gente que contesta a sus posts con consejos sobre cómo mejorar una receta, cómo aguantar más en el gimnasio, cómo resistirse a los antojos. O simplemente para animar, que en el fondo es el fin de estos perfiles. De hecho, las fotos que tienen más éxito, y probablemente las que más ayudan a la persona que abre la cuenta, son las fotos que enseñan los kilos de más. Porque la vergüenza de enseñar un cuerpo que creemos que no es perfecto se pasa; porque nos damos cuenta que hay más gente como nosotros; porque los progresos en las fotos lucen más que en la báscula...
Así, el diario alimenticio se convierte en un libro de fotos de comida sana, de desayunos energéticos y de esfuerzos en el gimnasio. El apoyo de los followers se convierte en el motor del cambio, hace que la dieta ya no sea un sacrificio sino un hábito, y lejos de hacer sentir mal a la persona que está consumiendo menos calorías de lo normal, tiene un efecto gratificante. Además, aumenta conforme suben los followers y el dueño de la cuenta baja de peso.
Pero no todo es oro lo que reluce. Es cierto, y estudios como él del Imperial College de Londres lo comprueban, que buscar apoyo en las redes sociales ayuda a adelgazar, a sentirse parte de un grupo y a hacer más llevadero que la dieta se convierta en hábito. Sin embargo, ¿qué pasa cuando los resultados no son los esperados o no se mantienen?
Hay ejemplos de influencers que han adelgazado decenas de kilos, que muchas personas tomaban como referentes, y que luego han sufrido el efecto rebote, llegando a esconder su subida de peso e incluso a operarse para no decepcionar a sus seguidores.
La bellísima Morgan Bartley (@morganlosing) es un buen ejemplo de cómo las redes pueden ayudar a bajar de peso, con sus numerosos fans apoyándola en sus sesiones de dieta y gimnasio. En España, Mai Oltra (@entretallas) perdió 51 kilos en un año y lo relata también en su cuenta de Instagram, en la que además habla de su adicción a la comida y la ansiedad que dio lugar a su sobrepeso. O Simone Anderson, toda una estrella en Australia que documentó sus 92 kilos perdidos y los diversos retoques para recolocar la piel sobrante.
En definitiva, sí, Instagram ayuda a perder peso si se utiliza como todo: con moderación, cabeza y sentido común, justo como una alimentación sana.
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