Pisar arena en Malasaña es posible
¿Echas de menos la playa? En Ojalá la han traído a Madrid
Un chiringuito playero espera a los que vuelven a Madrid de mala gana después de unas vacaciones entre ola y ola. Es Ojalá, uno de los clásicos de Malasaña, reinventado de la mano del arquitecto Andrés Jaque, León de Plata en la Bienal de Venecia.
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Hay proyectos que, de insólitos, acaban conquistando el corazoncito de quienes los conocen. En mi calle, Espíritu Santo, está el restaurante Ojalá. Hace 10 años, cuando abrió sus puertas, triunfó gracias a su pátina de modernidad y su carácter desenfadado. Diez años después se ha reinventado de la mejor manera que debe hacerse, cambiando todo cuando todo va bien. Podrían haber seguido con la misma fórmula otros 10 años, pero no lo han hecho. Le han dado la vuelta al concepto para apostar por una idea nueva, que va a su aire, y que poco o nada tiene que ver con las tendencias en decoración y hostelería que se llevan ahora mismo.
De la mano del arquitecto Andrés Jaque, el nuevo Ojalá son varios espacios en uno. Psicodélico y sorprendente, la nueva versión del restaurante incluye un jardín suspendido en el techo, un baño en homenaje a los Beach Boys, -una de las influencias del local- y un chiringuito en la planta baja donde hundimos los pies en arena traída de Almería, el lugar ideal para no olvidarse de todo de las vacaciones al lado del mar.
En la entrada, una mesa comunitaria para compartir, un espacio frente al que giran los clientes y los camareros. Y también para disfrutar de los desayunos, uno de los nuevos emblemas de Ojalá, con sus huevos en todas las versiones posibles: rancheros, Benedict..., tartas y tostadas, en lo que es una apuesta por "la comida más importante del día", como diría tu madre, o el "reconstituyente tras una buena resaca", que dirías tú. ¡Pero si los sirven hasta las ocho de la tarde! Locurón.
En la carta, creada por el chef Javier Briccheto, hay de todo, con la intención de conquistar esa creciente marea cosmopolita que recorre, cada vez más, las calles del centro de Madrid. Hay platos inspirados en los cinco continentes: bocadillos a la vietamita, sándwiches mexicanos como la cemita pueblana, hamburguesas como traídas de Brooklyn, pero también platos tan hispánicos como el gazpacho o los embutidos. Todo -o casi- para comerse con las manos.
Para beber, volvemos al cosmopolitismo: micheladas, aperol, cócteles mimosa, sangrías, agua de Jamaica, zumos naturales... perfectos para tomar en su terraza que sigue ocupando, como siempre, la plaza de Juan Pujol. Y si el sol aprieta -que aún esperan los rigores de septiembre-, siempre podemos volver a refugiarnos en la playita, ¿u os habiáis olvidado?
Ojalá. San Andrés, 1. Teléfono 91 523 27 47.http://www.grupolamusa.com/restaurante-ojala. Horario: de 9 a 1.30 de lunes a domingo. Precio medio: 20-25 euros.
Pista Cocinatis: Las tablas-bandejas en las que se sirven los platos con un puntazo.
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