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Ropa que ya no te cabe

Trucos para ensanchar esas prendas que han encogido

Hay muchos motivos por los que la ropa encoge, no siempre relacionados con haber ganado unos kilitos.

Vaqueros

VaquerosiStock

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También puede ser que hayamos ignorado las etiquetas y lavado con agua caliente prendas que deberían haberse lavado en fría, o porque hayamos utilizado la secadora cuando no correspondía. En cualquier caso, siempre es una mala noticia cuando esa prenda que nos encantaba, con la que nos sentíamos comodísimas y se adaptaba a nuestro cuerpo como ninguna otra, se encoge tanto que nos vemos obligadas a deshacernos de ella. Pero no es necesario acabar con ella o regalarla a alguien con una talla menos, porque existen algunos trucos para ensanchar la ropa que harán que crezca incluso una o dos tallas. ¿Hay acaso una manera mejor de ganar la batalla a la operación bikini que tantos dolores de cabeza nos provoca? Toma nota y sigue los pasos que ten indicamos en función del tipo de tejido:

Algodón

Es el tejido todoterreno por excelencia, pero también el que más suele encogerse si no lo lavas o lo secas correctamente. No pasa nada, ya que si tienes vinagre y bicarbonato puedes resolver la situación en un plis plas. Solo tienes que disolver dos cucharadas de bicarbonato de sodio en agua caliente y sumergir la prenda durante una media hora. A continuación, estírala con cuidado hasta que vuelva a su forma original. Para aclararla, sumérgela en una palangana con un par de cucharadas de vinagre y vuelve a estirar. Plánchala con la plancha bien caliente y verás qué diferencia. Si quieres rematar la faena, un truco que funciona muy bien es que seques la ropa (camisetas, ropa interior, etc.) sobre una superficie plana, estirándola al máximo y colocando peso a los lados para que la forma se fije. Mano de santo.

También se pueden ensanchar vaqueros
También se pueden ensanchar vaqueros | iStock

Poliéster

Otro tejido complicado que a menudo nos da disgustos. ¿Quién no se ha comprado alguna camisa o camiseta de poliéster arrebatadora que ha tenido que dejar de ponerse porque olía mal? ¿O porque ha desteñido una barbaridad? Nuestro consejo es apostar por el poliéster solo para prendas de pocos usos y optar por algodón y fibras naturales para las prendas del día a día (ropa interior, camisetas, calcetines, camisas, etc.). Nada más fácil, sin embargo, que estirar una prenda de poliéster: sumérgela en un recipiente con agua tibia y acondicionador con el cabello (échale a discreción, sin miedo) y tras un rato estírala y cuélgala en un gancho, a poder ser con las mangas o cintura hacia abajo.

Lana

Sabemos que es un engorro y que no siempre nos llega el tiempo, pero siempre es mejor lavar a mano las prendas de lana y, por supuesto, secarlas al sol. Para la lana funciona el mismo truco que para el poliéster: un buen acondicionador o mascarilla del cabello (en este caso podemos añadir también unas cucharadas de vinagre), sumergir durante un rato y estirar con cuidado de forma uniforme y firme. Lo ideal es no escurrir la prenda que se está intentando estirar, de modo que conviene tender directamente con las mangas o la cintura hacia abajo y dejar que gotee. Si esto supone un problema con los vecinos, lo puedes tender en la ducha, siempre y cuando lo coloques hacia abajo para que el peso del agua le haga mantener la forma, y cambiar al tendedero cuando haya dejado de gotear.

Piel

Los zapatos de piel suelen darnos problemas en más de una ocasión, ya que la mayoría de personas tienen un pie más grande que otro (lo que suele equivaler aproximadamente a medio número o incluso un número) y muchas veces uno de los zapatos puede molestarlos. Sea cual sea el motivo por el que tenemos unos zapatos de piel que nos aprietan, la solución a nuestro problema se encuentra en la cocina: guárdalos en una bolsa de plástico convenientemente sellada y déjalos toda la noche en el congelador. Al día siguiente sácalos, póntelos y camina con ellos un buen rato. ¡Estarán perfectos! Repite la operación si es necesario cuando sientas que te vuelven a apretar.

Vaqueros

De repente, nuestros vaqueros preferidos nos aprietan. Hay muchas maneras de que queden perfectos, y una de ellas es, simplemente, colocar una percha en la cintura tras el lavado y dejarlos secar así. El planchado también puede ayudarnos, y si planchamos con la plancha bien caliente de dentro hacia afuera de los muslos también se estirarán las fibras y nuestros vaqueros nos volverán a quedar bien. ¿Otros trucos? Es un poco farragoso, pero si te los pones húmedos vas a notar mucho la diferencia. Dado que es una misión complicada, lo ideal es que te duches con ellos y dejes que se sequen al aire mientras te mueves para provocar que se estiren las fibras. Este truco también puede funcionar con las prendas de lycra, cuya ventaja es que se secarán antes que los vaqueros.

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