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John Husby y Rodrigo García son los artífices

Puntapié, experiencias gastronómicas efímeras

Eventos gastronómicos efímeros, que se comunican a través de las redes sociales y que, en cada ocasión, se celebran en un sitio diferente. Eso es Puntapié un proyecto distinto a casi todo y en el que se celebra la fusión entendida en su mejor versión, a lomos del sabor, de la 'street food' y del buen hacer culinario.

Los tremendos buns de oreja de cochinillo de Puntapié.

Los tremendos buns de oreja de cochinillo de Puntapié.Cocinatis

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Cuando coinciden en un proyecto gastronómico de un modo totalmente fortuito y casual dos elementos talentosos tan similares entre si como "el hambre y las ganas de comer", con la única pretensión de divertirse y procurar placer a través de los sentidos a sus eventuales comensales con lo que mejor saben hacer, libres de ataduras de ningún tipo y ajenos a las rigideces creativas,  económicas o de ubicación propias de un restaurante convencional, las expectativas despertadas son muy altas.

Estos Zipi y Zape de los fogones tele transportan a sus afortunados comensales al  Valhala gastronómico en una experiencia única a través de siete platos representativos de su estilo de cocina libre que da la vuelta al mundo tomando conceptos de aquí y de allá que adaptan a su estilo. Estos chicos se atreven con todo.

El concepto Puntapié consiste en experiencias gastronómicas itinerantes en las que participan 14 comensales, dos cocineros, siete platos y muchas ganas de disfrutar en un entorno agradable que se transmite a la mesa. Está inspirado en los mercados de comida y en los restaurantes efímeros 'pop up'. Hoy cocinan aquí y mañana allí como si de un circo se tratase. El proyecto surge de la necesidad creativa de dos cocineros que hacen una convocatoria para tomar parte una acción gastronómica a través de Twitter y a partir de ahí los acontecimientos se van sucediendo de un modo espontaneo.

Uno de los elementos de Puntapié es John Husby, un cocinero neoyorquino, lector gastronómico empedernido, que aporta un gran conocimiento en carnes curadas, salmueras, asados, ahumados, que domina la cocina asiática y tiene un don especial para maridar productos. Rodrigo García es el otro componente, un donostiarra afincado en Madrid obsesionado con dar una visión diferente (rodizada) a platos clásicos de toda la vida, cocina sencilla adaptada a las técnicas modernas y con un talento innato a la hora de emplatar. Se conocieron hace poco más de año y medio trabajando en Kitchen Club y la conexión fue inmediata por su afinidad en gustos y conceptos. Entre los dos van desarrollando y puliendo los platos que conforman su recetario particular; además de idear platos, cocinar y organizar sus acciones EATinerantes. Ellos mismos gestionan las redes sociales y el diseño de la imagen de Puntapié.

Tratan de mantener en cada cena tres platos a modo de eje central de su propuesta gastronómica: gua bao, ramen y un curry. Sus propuestas tienen habitualmente toques del sudeste asiático tales como los curries thailandeses, toques de cocina chuka (fusión chino-japonesa) como el ramen en diferentes versiones y platos de gran tradición española con una lavado de cara.

Sus referentes culinarios son muy diversos: Naomi Pomeroy, Ivan Orkin, David Chand, Andy Ricker, los chicos de Roberta's en Nueva York, Chez Jose con sus cenas 'pop up', 'street food', sin olvidarnos de Eneko Atxa, Andoni Luis Aduriz, Sacha, Hilario Arbelaitz, Edorta Lamo y muchos más, también cocineros anónimos con los que han coincidido a lo largo de su trayectoria.

Para organizar una acción gastronómica de Puntapié es preciso disponer de un espacio suficientemente amplio para acomodar a 14 comensales, que posea algún rasgo especial como: un ático, un jardín, una gran salón o un almacén antiguo en ruinas, algo que sea atractivo, con una cocina normal que disponga de un espacio para emplatar, el hueco necesario para que se desenvuelvan dos cocineros…, una cocina doméstica, nada especialmente extravagante.

Hasta el momento Puntapié ha perpetrado 5 acciones, cuatro de ellas en Madrid (ciudad en la que residen) y una en Viana, todas ellas con un gran resultado y excelentes críticas. En Viana cocinaron para 30 personas entre las que se encontraban ilustres de la profesión: cocineros y periodistas gastronómicos. En esta acción maridaron sus platos con aliños helados del obrador Grate de Fernando Helado.

Si te estas preguntando como acceder a una acción Puntapié te recomendamos seguir su cuenta de twitter (@punta_pie) ya que las convocatorias se realizan a través de esta red social unos 10 días antes de que vayan a tener lugar. Puede asistir cualquier persona mayor de 18 años. Una vez confirmado el interés en asistir a la cena ellos se ponen en contacto por mail con los interesados para ofrecerles todos los detalles. Cada asistente a las experiencias gastronómicas efímeras de Puntapié lleva su propia botella de vino en función de sus gustos y del menú confeccionado para la ocasión, para que siempre prevalezca el gusto del invitado y evitar la posibilidad de estropear una cena sirviendo un vino que no fuera del gusto de los comensales.

Su plato estrella es el ramen, una versión japonesa de la sopa de fideos chinos, que puede elaborase con sopa o sin ella, en frio o en caliente y está siendo todo un éxito hasta el momento. En su repertorio habitual podemos encontrar los siguientes platos: pao'bao de ostras fritas, salsa rancha, algas & kimchee; txangurro, aguacate y regaliz; molleja, patitas de txipirón, romescu y lemon curd; rabito de cerdo, cigala, chile poblano y microensalada de guisantitos; tsukemen ramen; curry massaman de rabo de vaca, mango y lichi 2014; buns de oreja de cochinillo, cilantro y mayonesa de kimchee, gamba roja, salmorejo, bacon, vinagreta de pimiento rojo y verde con costrón de pan; melocotón asado y zurracapote…….

De momento no contemplan la posibilidad de dar un formato más convencional a su proyecto estableciéndose en un gastrobar o restaurante, prefieren mantener su ventana de libertad para hacer lo que les venga en gana en cada momento y amenazan con inundar Madrid con olor a comida chuka.

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