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Una verdad dramática, al fin revelada

No engordamos en Navidad: cogemos los kilos antes de que empiece y después de que acabe

Siempre habíamos pensado que la Navidad era el demonio y que las lorzas se nos agarraban principalmente entre el 24 de diciembre y el 6 de enero. Ahora , acabamos de conocer la verdad: cogemos más kilos antes del inicio de las fiestas y después. Nos lo cuenta la doctora Maribel Lopera, nutricionista.

Las barrigas hacen su agosto antes de Nochebuena y después de Reyes.

Las barrigas hacen su agosto antes de Nochebuena y después de Reyes.Cocinatis

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Si has estado atento a Cocinatis, seguro que te estamos pillando haciendo la dieta de los 31 días para intentar llegar a la cena de Nochebuena hecho una sílfide. Si no, tirón de orejas, y escucha lo que tenemos que decirte, porque quizá te deje con el culo torcido. Resulta que, pese a tus suposiciones de que los michelines se pillan en Navidad, la realidad es que el drama empieza semanas antes de la llegada de la Nochebuena y sigue tras el paso de los Reyes Magos. ¿No te lo crees? Maribel Lopera, nutricionista y colaboradora de smartsalus.com, así lo sostiene y nos da cinco claves para ello.

Las comidas con amigos y con los compañeros de trabajo van añadiendo lorzas. Así es, esas noches infinitas en las que se empieza con unas cañitas, se sigue con una cena (casi siempre con menú cerrado) y se acaba con un copeo loco, lo que conforma un cóctel explosivo que hace que, antes de llegar al día 24, el botón de la cintura de nuestro pantalón ya comienza a estar forzado.

Prueba culinaria va, prueba culinaria viene. Si nos toca preparar la cena de Nochebuena y no tenemos la soltura suficiente, estaremos nerviosetes, probando propuestas que hacen que nuestra cocina parezca un campo de batalla los días antes. Que si el cordero no me ha salido bueno, que si vamos a probar con el besugo... pruebas y más pruebas que, claro está, alguien tiene que testar. Y ese alguien engorda, como no podría ser de otra forma.

El infierno de las sobras. Vale que el 25 hay restos con los que acabar, pero, en muchas familias, el dar cuenta de las sobras del banquete se prolonga durante el 26, el 27, el 28, el 29... casi sin darnos cuenta nos hemos vuelto a plantar en el 31 y, sí, no hemos probado ensaladas ni hemos comida fruta en casi una semana por culpa de los malditos langostinos con salsa rosa y del turrón cortado que nadie se atrevió a papear en la comida de Navidad. Más michelines...

Enero y la vuelta al trabajo. Es comenzar el año y hacer nuestra lista de buenos propósitos, entre los que se incluye perder peso. Pero se acaban los días libres y regresa la rutina del trabajo y comenzamos a pasar más tiempo sentados, moviéndonos menos. De repente, te das cuenta: te has pasado las vacaciones de Navidad comiendo y ahora tienes mucho curro para salir adelante, y poco tiempo para ir al gimnasio.

Bajonazo: nos refugiamos en la comida. Por si fuera poco, el bajón postnavideño y la difícil perspectiva de un primer trimestre sin fiestas hace que nuestro ánimo no sea el mejor y que nos refugiemos en la comida para intentar paliar nuestro descontento. Ganchitos, chocolatinas y guarrerías de todo tipo se convierten en nuestros mejores amigos y en los encargados de que nuestra barriga no remita.

Ante este panorama sombrío para nuestra figura, Lopera nos da algunos consejos para, al menos, salvar la papeleta durante las fiestas:

Hay que desayunar siempre, siempre. Aunque en el horizonte del día aparezca un banquete, renunciar al desayuno es un error de bulto. Llegaremos con más hambre a la comida y, probablemente, nos meteremos en el buche más cantidad de la cuenta.

Comer len-ta-men-te. Todo un clásico que casi nunca respetamos cuando estamos a la mesa. En estas fechas navideñas en las que se multiplican los entrantes y las tentaciones culinarias, ser conscientes de lo que comemos y ralentizar nuestras mandíbulas es el mejor consejo.

Veto a las bebidas gaseosas. Ay, las burbujas. Nos gustan mucho esas copitas de cava o de champán para brindar por las fiestas, pero conviene controlar el consumo para evitar que nuestra barriga se hinche cual globo hinchado.

Hidratación y depuración a saco. Agua para mantenernos hidratarnos e infusiones para depurar los excesos navideños, dos armas con las que procuramos mantener nuestro estómago en las mejores condiciones.

Aumentar el ejercicio en las fiestas. Ahora que a todos nos ha dado por el running, no está de más no aparcarlo en Navidad. No es el momento de parar, sino de incrementar el tiempo dedicado al ejercicio ya que consumimos más calorías. Y si hay que salir a la calle con gorrito de Papá Noel y mallas a juego, pues se sale.

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