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¿Un restaurante en un baño o en un cementerio?

Comer en una cárcel (y en otros sitios raros)

Las localizaciones insólitas funcionan. Comer en una cárcel, en un baño o en un cementerio son propuestas singulares que, pese a lo que puedas imaginar, atraen clientes. Come y disfruta... si puedes.

No parece que esté en una cárcel, pero así es.

No parece que esté en una cárcel, pero así es.Cocinatis

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Si crees en la rehabilitación social, no tendrás miedo de reservar en el nuevo restaurante In Galera. Se ubica dentro del centro penitenciario de Bollate, muy cerca de Milán, y tanto sus cocineros como los camareros son reclusos, bien guiados por un chef y un maître profesional. Parece que lo hacen bien: lo están petando con las reservas (hay que reconocer que ir a comer o cenar a una cárcel tiene su morbo) y la gente sale contenta con el servicio y con sus especialidades italianas. Ni tienes que pasar por grandes controles de seguridad -tan solo te obligan a reservar telefónicamente y te acompañan hasta tu mesa-, ni te hacen comer con cubiertos de plástico. Todo muy profesional para que realmente los presos tengan experiencia laboral cuando salgan a la calle.

Esto de buscar una localización insólita no es nada nuevo a la hora de montar un negocio en el mundo de la restauración. Si no date una vuelta por Londres, donde se han puesto de moda los bares en antiguos urinarios públicos. Bien desinfectados previamente, ni lo dudes. En Ladies & Gentleman (Kentish Town) podrás tomar una copa en un "lavatory" subterráneo; en Bermondsey Arts Club (Bermondsey) disfrutarás un cóctel en un local muy art-decó con un ambiente hipster; en CellarDoor (Covent Garden) encontrarás un rollo sórdido y canalla para desmelenarte; en The Attendant (Fitzrovia) podrás tomar un café y una comida informal en un bonito baño victoriano; y en WC – Wine & Charcuterie (Clapham), un vino con una tabla de embutido. Aunque no te lo creas, no dan asco... ¡tienen su encanto!

Menos gusto aún, pensarás, demuestran los del restaurante New Lucky, ubicado en un cementerio con las mesas entre las tumbas. Pues no te creas. Está en la India, en Ahmadabad más exactamente, y la cultura hindú no tiene tantos miramientos con la muerte ni aversión a los cadáveres. Al revés, creen que transmiten buena suerte... y si no fíjate en el nombre del local. Hasta sus lápidas son alegres, de un verde esmeralda bien subido de tono.

Los aprensivos pueden elegir otros lugares insólitos más amables donde comer. Como el espectacular The Redwoods Treehouse, en el norte de Auckland (Nueva Zelanda), un restaurante construido en un árbol y con una estructura arquitectónica e impresionante, a la que se entra por una pasarela. Eso sí, solo se puede reservar por entero para eventos privados, no puedes ir de manera individual, y barato no es. Donde podrás reservar, es en uno de los restaurantes más románticos del mundo: Grotta Palazzese, en Polignano a Mare (Puglia, sur de Italia). Está en una cueva al borde de un acantilado y es el sitio perfecto para enamorar a alguien. De hecho, el hotel lo tienes ahí mismo.

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