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PARA ELABORAR MAPAS DE LUMINANCIAS

Crean un sensor para medir la contaminación lumínica desde el aire

Este sensor, creado por el Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña permitirá crear mapas para identificar las fuentes de iluminación, su potencia y su tipo, ayudando así a las administraciones a planificar acciones de mejora de eficiencia. Según los expertos en muchos casos se provee más luz de la necesaria influyendo negativamente en la flora y fauna del lugar, y suponiendo además un derroche energético y económico considerable.

El Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña (ICGC) ha creado un sensor para medir la contaminación lumínica desde el aire que permite identificar dónde es necesario corregir la dirección de la luz y su potencia, sustituir las lámparas poco eficientes o ajustar el horario de iluminación.

El sistema consiste en un sensor hiperespectral montado en un avión que captura imágenes de la contaminación que los diferentes tipos de alumbrado nocturno emiten hacia el cielo.

Según el ICGC, la iluminación nocturna es uno de los principales elementos de contaminación ambiental porque en muchos casos provee más luz de la necesaria o lo hace de forma incorrecta. Esta contaminación tiene un impacto negativo comprobado en la flora y en la fauna, puede incumplir la legislación sectorial y supone un derroche energético y económico considerable.

Para corregir este problema, resulta útil disponer de un mapa donde se identifiquen las fuentes de iluminación, su potencia y su tipo. Con esta información, las administraciones pueden planificar acciones de mejora de la eficiencia, cómo corregir la dirección de la luz y su potencia, sustituir las lámparas poco eficientes o ajustar el horario de iluminación.

El ICGC ha desarrollado la tecnología y un protocolo de trabajo para realizar este tipo de mapas por encargo de ayuntamientos como los de Sant Cugat del Vallès o Rubí (Barcelona). La toma de datos se realiza mediante un sensor capaz de captar el espectro de luz que emiten los diferentes tipos de iluminación artificial (de vapor de sodio o de mercurio de alta presión, halogenuro metálico, etc.) y detecta emisiones que están fuera de la visión humana, como los infrarrojos.

Este sensor se monta en un avión, para poder tomar mediciones desde el aire, y anota datos del sector que sobrevuela aplicando una serie de filtros. Por ejemplo, elimina el ruido electrónico, efectúa correcciones atmosféricas y georreferencia los datos, además de medir las emisiones en diferentes intervalos horarios.

Con esta información elaboran mapas de luminancias (densidades de luz en una dirección calculadas según los diferentes tipos de visión del ojo humano) y mapas de radiación total.

Durante la jornada también se ha explicado a los asistentes el decreto que desarrolla la Ley 6/2001 de ordenación ambiental del alumbrado para la protección de medio nocturno, que entró en vigor en noviembre de 2015. El decreto establece los criterios que regirán el alumbrado exterior en los próximos años con el objetivo de garantizar la eficiencia en la iluminación exterior, tanto pública como privada, para evitar el derroche energético y minimizar el impacto sobre el medio nocturno, garantizando la seguridad en el desarrollo de las actividades nocturnas.

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