Sucesos

"La tuve sin respiración en mis brazos": susto en Villarrobledo por el atragantamiento de una niña de 3 años

"Salí descalzo a la calle con mi hija en brazos sin respirar, llegué al cuartel diciendo que se me moría", así cuenta un padre cómo dos guardias civiles salvaron la vida de su pequeña de tres años.

Familia y guardias civiles que salvaron a la niña de 3 años

Familia y guardias civiles que salvaron a la niña de 3 añosGuardia Civil

Publicidad

Los niños suelen ser muy vulnerables ante cualquier cosa, y los atragantamientos con comida es uno de esos peligros a los que cada día están expuestos. Si trasladamos el mapa a Villarrobledo, hace unos días, una niña de tres años fue devuelta la vida por unos agentes de la Guardia Civil después de que una uva se le quedase atascada en las vías respiratorias.

El padre de la pequeña, Carlos, relata los hechos ocurridos y lo hace todavía, como dice "con el susto metido en el cuerpo". En una entrevista para Antena 3 Noticias, el progenitor no ha dudado en calificar el suceso como algo "duro", donde lo pasaron "realmente mal". "Lo positivo es que supe reaccionar e hice lo mismo que Ángel (el Guardia Civil que la recató), pero no con la misma fuerza".

La niña se encontraba merendando en su casa y, como dice su padre "le gustan mucho las uvas, siempre las muerde y las rompe por la mitad, pero nunca habíamos tenido ningún susto" relata Carlos recordando cómo comenzó todo. "Ese día, al morderla para querer partirla, se le coló hacia dentro y se le quedó atascada". La niña, asustada, se levantó rápidamente y se quedó quieta e intentando respirar con la boca abierta, pero no podía.

"Mi reacción fue empezar a darle golpes en la espalda, como dicen que hay que hacer. Le di 6 o 7 golpes pero no lo conseguí, no conseguía que respirase", recuerda así el momento donde decidió que él no podía hacer nada más y se salió a la calle. La familia vive cerca del cuartel de la Guardia Civil de Villarrobledo y eso fue un gran factor de ayuda a la hora de recuperar a la niña con vida: "Conforme estaba, descalzo, bajé y crucé hacia el cuartel".

Cuando llegó al lugar donde los agentes estaban, los guardias vieron a un hombre totalmente desesperado por recuperar la respiración de su pequeña. Así nos lo cuenta, Ángel Pérez, uno de los agentes de la Guardia Civil: "Estaba de puertas, en la recepción, cuando de repente entró un hombre con una niña en brazos gritando '¡se me muere!'".

El padre cuenta que cuando llegó, se tiró al suelo esperando que los agentes pudieran hacer algo por su pequeña. "Su padre me dijo que había tenido muerta a su hija, en sus brazos", recuerda el agente que procedió a cogerla en brazos y él mismo describe que tenía un color azul y los ojos blancos: "La puse boca abajo y le di golpes fuertes en la espalda, entre las escápulas". Fue en ese momento donde se produjo el milagro.

La pequeña, tras los golpes, logró sacar la fruta de sus vías respiratorias, dejando pasar así todo el aire que le había estado faltando durante "al menos 2 o 3 minutos". "A los 4 o 5 minutos tiene secuelas y estuvimos al límite, a 10 o 15 segundos de cumplir esos minutos clave", cuenta Ángel.

Esta maniobra que salvó la vida de la pequeña, ya la había intentado hacer el padre en su casa cuando comenzó a no respirar. Sin embargo, el progenitor de la menor reconoce que no lo hizo con la misma fuerza que el agente: "Ángel le dio porrazos, yo, como padre, pensaba que si la golpeaba así, podía hacerle daño, así que no le di tan fuerte" y asegura que si le hubiese dado los golpes con la misma intensidad "no habría tenido que bajar al cuartel". "Yo le decía a Ángel que le diese fuerte en la espalda porque sino se me moría", cuenta.

"Mi hija ahora tiene dos cumpleaños"

Carlos (padre de la niña)

Tras lo sucedido, padres y agentes se sumieron en un abrazo fruto del alivio que experimentaron cuando vieron que la niña, finalmente, expulsó la fruta. La pequeña pasó una exploración médica en un centro sanitario del municipio pero no mostró ni secuelas ni cardenales por los golpes. Un final que ha dado la segunda oportunidad a unos padres de tener a su hija viva y un reconocimiento muy destacable a los agentes de la Guardia Civil que la trajeron de vuelta a la vida. Tal y como dice Carlos: "Mi hija ahora tiene dos cumpleaños".

Publicidad