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VALERI SPIRIDÓNOV ES UN PROGRAMADOR RUSO DE 30 AÑOS

Valeri Spiridonov, el hombre que desea un trasplante de cabeza

Tiene 30 años, fuma puros, le gusta viajar y la serie "Juego de Tronos" le da fuerzas para vivir: es Valeri Spiridónov, el ruso que está empeñado en someterse a un trasplante de cabeza sin precedentes.

Valeri es un programador de 30 años aquejado una atrofia muscular espinal. Una grave enfermedad genética degenerativa que le impide mover todos sus miembros salvo las manos y la cabeza.

Saltó a la fama cuando anunció hace un mes que será el primer humano en prestarse a una operación en la que su cabeza se trasplantaría a otro cuerpo.

El polémico neurocirujano italiano Sergio Canevero, muy criticado por algunos compañeros de profesión, asegura haber desarrollado la técnica que permitiría unir la cabeza de Valeri con el cuerpo sano de un donante que haya sufrido la muerte cerebral.

Canevero dice haber creado una sustancia capaz de conectar la cabeza con las fibras nerviosas de la médula espinal de manera que el cerebro pueda transmitir órdenes al cuerpo y poner en movimiento sus órganos y extremidades.

"Siempre me han interesado las investigaciones científicas sobre la sustitución de todos los órganos vitales, dice Valeri, porque creo que son las más útiles para mi caso".

El hombre que vive en Spiridónov vive en Vladímir, a 170 kilómetros de Moscú, piensa asistir en junio a un congreso de neurocirujanos en Estados Unidos donde el doctor Canevero presentará sus últimos experimentos.

"Canavero ya demostró –apunta Valeri- que la sustancia funciona cuando devolvió la capacidad de moverse a una chica con un grave traumatismo de la médula”.

Inmerso desde hace un mes en una gran campaña mediática para dar a conocer su caso, Valeri recauda dinero a través de su webDesireforlife.org, y además sus dos trabajos le permiten contratar a asistentes que le ayudan cada día en las cosas corrientes que no puede hacer por sí sólo, como vestirse o bañarse.

"Las investigaciones en este campo son necesarias y no pueden ser coartadas por motivos éticos, que frenan en la actualidad el progreso. Mi enfermedad es degenerativa, y al final, mortal”, señala este joven, que ya ha vivido 5 años más de lo que le auguraron los especialistas.

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