Cáncer
Un hombre acude a Urgencias por una tos irritante y le diagnostican cáncer de pulmón terminal
El hombre estuvo tres meses con tos persistente hasta que acudió a Urgencias, donde le indicaron que tenía cáncer de pulmón en etapa terminal.
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Un hombre, con tres hijos, quedó devastado cuando los médicos le dijeron que su tos irritante era cáncer de pulmón en etapa terminal. El hombre indica que no ha fumado un cigarro en su vida.
Lewis Daines sufrió tos persistente durante tres meses antes de visitar a su médico de cabecera. Asimismo, decidió acudir a Urgencias después de sentir dolor en los hombros y en el pecho. Allí le diagnosticaron neumonía.
Daines, de 35 años, se vio obligado a volver dos semanas después porque sus síntomas no remitían. Las exploraciones mostraron que tenía una masa cancerosa del tamaño de una pelota de golf en su pulmón derecho.
Las pruebas posteriores revelaron que el cáncer estaba presente en sus huesos y glándulas suprarrenales y que la enfermedad era incurable. Lewis, que tiene dos hijos y otro que nacerá pronto, dijo que "en diciembre, comencé con una tos seca que nunca desapareció. Había una tos que duraba 100 días y yo veía gente enferma a diario, así que no le di mucha importancia".
"Me las arreglaba y seguía haciendo mis cosas cotidianas, como ir al gimnasio. Finalmente, en febrero fui al médico y me examinó y llegó a la conclusión de que solo era tos. No les preocupaba. Empecé a sentir dolores muy fuertes en el hombro y el pecho. Mi esposa me convenció de ir a urgencias porque estaba preocupada", cuenta.
Cáncer en fase terminal
"Me hicieron una radiografía de tórax y me dijeron que tenía neumonía y me dieron dos dosis de antibióticos", recuerda. Sin embargo, Lewis siguió sintiéndose cada vez peor, por lo que decidió volver a Urgencias. "Las pruebas revelaron una gran masa en el pulmón derecho que probablemente era cancerosa", explica Lewis.
Una semana después, otras pruebas detectaron que el cáncer estaba presente en otras zonas del cuerpo y se clasificó como "en fase terminal". "Me quedé completamente en shock. Pensé que en el peor de los casos podría ser cáncer, pero que se podría extirpar. Así que cuando me dijeron que era incurable, fue bastante difícil aceptarlo. Pensaron que podría haber estado creciendo allí durante un par de años, pero no había síntomas reales", recuerda.
"Se trata de ganar tiempo en lugar de curar. Sin tratamiento, el plazo de curación es de entre cuatro y siete meses. En lo que respecta al tratamiento, simplemente no saben cómo respondes al mismo. Puedes responder bastante bien y sobrevivir un par de años, pero no lo saben. Tener una familia muy joven y una esposa significa perderlo todo. Todo ha sido un revés tras otro. Lo más difícil es no poder ver crecer a mis hijos y perderme todo eso", asegura.
"Mi esposa está embarazada de nueve meses, así que será agradable estar aquí para el parto. Esto es algo que nunca se me hubiera ocurrido ni en un millón de años", ha añadido.
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