Las rebajas de verano comienzan formalmente este miércoles -aunque ya están en marcha en un buen número de establecimientos- con previsiones optimistas sobre la evolución de las ventas gracias a la recuperación del consumo. Las rebajas supondrán la creación de más de 116.000 puestos de trabajo durante la campaña de verano, según un informe de la empresa de recursos humanos Adecco.
El comercio textil, el principal protagonista de las rebajas, prevé facturar 2.800 millones de euros durante la campaña de verano, un 4% más que un año antes. Esta cifra representa el 20% de las ventas anuales del sector.
La patronal de grandes superficies, Anged, también espera una buena campaña, en línea con la recuperación del consumo. Sus empresas asociadas calculan que el primer día de rebajas recibirán tres millones de clientes atraídos por descuentos que llegan hasta el 50%.
El pequeño comercio afronta con optimismo unas rebajas en las que confía en vender un 5% más que en 2014. Según el presidente de la Confederación Española de Comercio (CEC), Manuel García-Izquierdo, si hace un año las rebajas de verano supusieron un punto de inflexión en la evolución de las ventas, el sector confía en que este año represente "una cierta aceleración o despunte en los resultados positivos".
Las ventas del comercio minorista a precios constantes (sin inflación) aumentaron un 2% en mayo respecto al mismo mes de 2014, con lo que suman nueve meses al alza, aunque el ritmo fue inferior en ocho décimas al registrado en abril (2,8%), según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El sector confía en que, de mantenerse la creación de empleo, el consumo despunte en los próximos meses, pero reclama al Gobierno que apoye la recuperación con rebajas en el IRPF o beneficios fiscales al consumidor para la renovación de electrodomésticos o reformar viviendas.
Desde la liberalización aprobada en julio de 2012, los comercios pueden ofrecer rebajas durante todo el año. Hasta entonces, las rebajas, a diferencia de otros tipos de descuentos o promociones, sólo podían hacerse dos veces al año y tenían que durar una semana como mínimo y dos meses como máximo.
La fecha del 1 de julio sigue siendo respetada por algunos grandes grupos y cadenas, pero muchos establecimientos lucen el distintivo cartel rojo de las rebajas desde mediados de junio. Parte del sector considera que este cambio ha diluido el "efecto llamada" que suponía tener que esperar a un día determinado en todas las tiendas.
"Existe cierta sensación de desazón entre los comerciantes sobre las rebajas, especialmente en el comercio de proximidad, que plantea la necesidad de abrir entre todos una reflexión sobre el presente y futuro de este concepto", afirma García-Izquierdo.