Ratas de laboratorio

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RATONES, PECES, RATAS Y AVES DE CORRAL

España utilizó animales en más de 800.000 investigaciones científicas

En 2014, España utilizó animales para fines científicos en más de 800.000 ocasiones. En 100.000 de esas ocasiones los ejemplares no lograron recuperarse tras ser sometidos a anestesia general. Los datos han sido recogidos en un informe del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que ha mandado a la Comisión Europea como exige la ley.

España usó animales para fines científicos en 808.827 ocasiones en 2014, de las cuales en casi 100.000 los ejemplares no se recuperaron tras ser sometidos a anestesia general y en más de 62.000 éstos experimentaron dolor o sufrimiento severos. Así se detalla en un informe remitido por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) a la Comisión Europea en cumplimiento de la directiva relativa a la protección de los animales utilizados con fines científicos.

El informe destaca que en la mayoría de los casos (425.794) los animales utilizados en procedimientos de investigación no manifestaron deterioro significativo de su estado y en 221.512 se determinó que el procedimiento aplicado había resultado de una severidad moderada. Más de la mitad de los usos animales para fines científicos (457.267) se hicieron con ratones, seguidos de peces, ratas y aves de corral, y en casi medio millón de casos los experimentos estaban relacionados con la investigación básica.

Así, los estudios sobre los sistemas gastrointestinal y nervioso y de oncología en general hicieron mayor uso de animales dentro de ese apartado (255.110), mientras que el estudio del cáncer humano precisó más veces (45.572) ejemplares en investigación traslacional y aplicada. Además, el documento detalla que en EL 794.275 de los casos, la mayoría, los animales fueron utilizados por primera vez, mientras que los usos restantes (14.552) afectaron a animales que habían sido utilizados con anterioridad.

Ello se debe a que la normativa no recomienda la reutilización de ejemplares que hayan sido usados con anterioridad salvo que el primer procedimiento no haya resultado severo, que no lo sea el nuevo o que la evolución del animal haya sido favorable. Según el Magrama, el informe implica importantes diferencias con respecto a la información publicada hasta ahora, al contabilizar los usos y no el número de animales, incluir cefalópodos, fetos y crías de ejemplares alterados genéticamente y valorar el grado de sufrimiento en cada procedimiento.

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