El fotógrafo y aventurero británico Robbie Shone ha sido uno de los ocho integrantes de la expedición que consiguió descender por primera vez en estas cuevas de hielo azul.
Estas cuevas son en realidad molinos glaciares, cascadas producidas en un glaciar y que se forma en una grieta o pozo en el hielo con las aguas fundidas en la superficie por la acción de los rayos solares.
La caída del agua, a su vez, va erosionando el hielo dando lugar con el paso de miles de años a cuevas como las que se encuentran en el glaciar Gorner.
"Fuimos el primer grupo en mapear estos molines y porque estos glaciares se mueven unos 15 metros al año seremos los únicos en poder verlos en esta exacta posición", explica Robbie Shane. El equipo tuvo que descender con cuerdas porqué las entradas a estas cuevas en algunos casos son agujeros de 20 metros de profundidad.
El glaciar Gorner se encuentra en la parte oeste del macizo Monte Rosa, en los alpes suizos en el cantón de Valais. Tiene unos 14 kilómetros de largo y 1.5 kilómetros de ancho siendo el segundo más grande de todos los Alpes.