En Guimar, en Tenerife, hoy también viven su día grande con la Bajada del Socorro. Las calles del municipio se convierten en ríos de peregrinos que caminan hasta la playa donde apareció la virgen. Es una romería, Lorena Díaz, con más de un siglo de antigüedad.
Llovía a primera hora de la mañana, pero ninguno de los peregrinos dejó sola a la Virgen del Socorro. El camino que separa Güimar y la playa de Chimisay se convirtió en una marea humana. Seis kilómetros de recorrido que cada 7 de septiembre miles de personas realizan con cariño. Los hay que desde hace décadas peregrinan.
Otros se han sumado hace poco a esta centenaria romería
Y si hay algo que no podemos olvidar en la Bajada eso es la Albahaca, ni un sólo romero la deja atrás, hay quien sólo lleva un gajo en el necesario sombrero y otros todo un ramo.
No faltan las parrandas ni tampoco los cantadores. Con ellos se lleva mejor el camino, un recorrido que pasa por un malpaís y en el que algunos por promesa suben el volcán.
Y este año como novedad poco azul y alguna alusión, con algo de ironía, a la controvertida raya güimarera
Y si en el camino no hay tramo sin peregrinos intentar alcanzar la ermita del Socorro es misión imposible aquí esperan con impaciencia más de 100.000 personas una jornada festiva que mañana se repite con la subida
