Los penaltis condenan a una Brasil decadente

Otro absurdo penalti de Thiago Silva: Como le ocurrió con su equipo ante el Chelsea volvió a equivocarse y resulta impropio de un central de la experiencia de Thiago Silva. Tocó claramente con la mano un balón aéreo y el colegiado no tuvo duda alguna. Derlis González anotó y ofreció a Paraguay un merecido empate tras desaparecer Brasil durante la segunda mitad.

Paraguay se parte en dos: La lesión de Néstor Ortigoza comprometía el mediocampo guaraní al no tener un jugador con claridad para mover el balón. Paraguay tuvo que recurrir al pelotazo en busca de los centímetros de los delanteros para generar peligro o fiarlo todo al balón parado. Derlis González no fue incisivo por su flanco derecho y Benítez fue el único que causo algún temor entrando por la izquierda.

Magia brasileña a cuenta gotas: El combinado de Dunga ya había demostrado ser más compacto que imaginativo, más si cabe con la ausencia de Neymar. No obstante, cada vez que lograba salir hacia la portería contraria con velocidad y en pocos toques dejaba en evidencia a los defensas paraguayos, obligados a emplear dureza para abortar la jugada. En la segunda parte se asustó y acabó pidiendo la hora para llegar a unos penaltis muy mal lanzados.

La verticalidad de Dani Alves: Llegó de rebote a última hora a la Copa América para sustituir al lesionado Danilo y se ha convertido en un arma ofensiva fundamental en una encorsetada Brasil. Sus incorporaciones al ataque sorprendieron al lateral paraguayo y asistió a Robinho en el gol de la canarinha.