A Inés se le abren dos nuevos frentes, por un lado Pía indignada tras la lectura del testamento y por otro lado, la incertidumbre de la citación en un juzgado para hablar de asuntos relacionados con Arturo. Guillermo ofrece su ayuda, en especial, sobre los asuntos relacionados con el bufete. Cuando Inés va a limar asperezas con Pía recibe de ella toda una declaración de guerra al impugnar el testamento. Mauro no se explica que ha podido pasar con unas piezas suyas de ropa que han desaparecido. Emilia sabe muy bien a qué piezas se refiere pero debe callar.
Al mismo tiempo, se disipan las sospechas de Martín y Ricardo contra Vicente como autor de la muerte de Braulio. Fernando quiere llevar una vida normal y para no despertar sospechas se hace valer de su identidad falsa para moverse por el barrio. Sin embargo recibe un revés ante la negativa de Belén de alojarlo de nuevo en el hostal. Belén sigue preocupada por la inminente llegada de su hermano. Pedrito descubre que Dorita conoce poco el centro de Madrid y se interesa por unas excursiones de la agencia de viajes, sin embargo mete la pata al dejarla en ridículo delante de Marina por no saber leer correctamente. Marina cada vez está más al mando del Ultramarinos, en ausencia de sus dueños, todo son proyectos para mejorar el negocio. Manolita se congratula de ello. Al mismo tiempo le pide a Guillermo que agilice los trámites para hacer oficial su estado de soltera. Guillermo aprovecha para acercarse a Marina pero ésta, lo rechaza. Tomás está buscando tener un momento íntimo con Roberta pero sin conseguirlo mientras sigue la ola de robos por las casas del barrio.