ADIÓS AL SPIN-OFF

'Better Call Saul', así es el brillante final de una serie a la altura de 'Breaking Bad'

Expectación máxima ante el adiós a Saul Goodman en 'Better Call Saul'. Un final que no rompe esquemas, pero que resulta plenamente satisfactorio para el fan del universo 'Breaking Bad'. Si no la has terminado a continuación encontrarás spoilers.

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Adiós a 'Better Call Saul', completa desde ya en Movistar Plus+. Siempre es difícil despedirse como espectador de un personaje al que hemos seguido con avidez sus andanzas durante años. Peor lo lleva el creador que sabe que se la juega con su última decisión ante los fans. Cierto es que si el viaje ha merecido la pena dolerá menos un final incoherente, pero siempre quedará ese amargor de un mediocre postre que no hace justicia al excelente menú. En el caso de 'Better Call Saul' la apuesta era doble, al haber crecido a la sombra de la gigantesca 'Breaking Bad'.

Los artífices de este magnífico universo, Vince Gilligan y Peter Gould, admitieron hace años que lo suyo había sido de una inconsciencia tal que no sabían muy bien a dónde se dirigían con su protagonista. Que lo que querían contar, al igual que hicieron con Walter White y Heisenberg, era similar: cómo el abogado del montón Jimmy McGill se había transformado en el ambicioso Saul Goodman que ayudó a hacer de las suyas al mismísimo capo de la meta. Sabían (sabíamos) que tarde o temprano darían la respuesta (en cada temporada nos iban regalando alguna pincelada de la maldad del picapleitos), y creo que tenían bastante claro (aunque dijeran lo contrario) que el destino de Jimmy/Saul era el de acabar entre rejas.

El final de 'Better Call Saul' no ha sido sorprendente ni ha roto esquemas. Se veía venir, lo cual no significa que no sea satisfactorio. Si algo se merecía este personaje era esto, porque a fin de cuentas es inevitable comparar sus delitos con los de Walter o Jesse Pinkman. No es un asesino despiadado como Heinsenberg (no se merecía morir). Tampoco es un pringado que no se entera de la misa la media como Pinkman (el único que se va de rositas, cuyo desenlace vimos en la película ‘El Camino’). Además, Saul Goodman es abogado, ha prestado juramento. Esa es su contradicción, navegar entre el bien y el mal, siempre desnivelando la balanza.

Vuelve a mostrar esta ambigüedad que ha arrastrado durante todo el spin-off en el último episodio de la serie. Aunque sabe cómo escaquearse de la justicia (podría haberse salido con la suya), en el último momento le da la vuelta a la tortilla para confesar su participación plena en el crimen organizado. Y lo hace por amor. Lo hace por Kim, para que ella quede libre de todos los cargos. Bastante tiene ella con la vida insustancial que le ha tocado (y le tocará) vivir. Nos alegramos de que vuelva a la abogacía, de que intente, a su manera, enmendar la plana y tomar el camino correcto. Aunque en ‘Breaking Bad’ Saul fue un personaje solitario, gracias a ‘Better Call Saul’ sabemos que Jimmy hubiera hecho lo imposible por hacer feliz a esta mujer. No siempre se le dio bien, es cierto. Kim no le perdonó en realidad su mezquino comportamiento con su hermano enfermo. Pero volvía a confiar en él porque ella en muchas ocasiones también echó leña al fuego, siendo incluso peor que él en sus aspiraciones.

Si algo sorprendió en ‘Better Call Saul’ fue Kim como pieza clave de la trama. Cuando temíamos su muerte descubrimos que llegaría hasta el final. Y esta es una de las razones, entre muchas otras, por las que el desarrollo de ‘Better Call Saul’ nos hace tan felices. Ver que aunque hayan pasado los años, Kim y Jimmy vuelven a estar simbólicamente juntos, en una última secuencia en blanco y negro que parece sacada de un filme noir, compartiendo un cigarro como hicieron en el primer episodio de la serie.

El episodio más largo del universo 'Breaking Bad' (aunque se hace realmente corto) nos revela que Saul y Gene desaparecen por fin para cerrar el círculo con Jimmy siendo Jimmy con todas sus consecuencias. Redimirse de sus pecados de una forma legal es el mejor de los finales posibles.

Y no podemos olvidar ese guiño ciencia-ficción a HG Wells. En dos momentos ‘Breaking Bad’ en este último episodio, Saul tuvo la oportunidad de tomar conciencia, cuando se habla de la posibilidad de viajar en el tiempo y cambiar las cosas.

Tanto Mike como Walter (en la que es la última aparición de Bryan Cranston) comentan un momento de sus vidas que hubieran reseteado, pero él no se acuerda de Kim, por ejemplo, ni de su hermano. Él sigue yendo a lo suyo. Escucharle decir durante el juicio que sin él Walter White no hubiese llegado a convertirse en Heisenberg, creo que es la parte más memorable de este spin-off.

Es una manera muy personal de Peter Gould, el responsable del último episodio, de igualar a Saul Goodman al nivel de Walter White, una forma de remarcar su importancia indiscutible en el universo 'Breaking Bad'. Y es que él y Vince Gilligan han conseguido un imposible, que para muchos seguidores ambas series compitan en calidad en igualdad de condiciones.

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