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'Vigil: conspiración nuclear': Rose Leslie y Suranne Jones, detectives (y amantes) en la nueva serie de los productores de 'Line of Duty'

La miniserie británica se ha convertido en el nuevo drama más visto del año de la cadena BBC. Llega a España con excelentes críticas y un adictivo misterio que te mantendrá enganchado hasta el final. Estas son sus claves.

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Un tema pocas veces tratado

El asesinato de 'Vigil: conspiración nuclear' no es solamente un crimen cometido dentro de un submarino. No es una investigación al uso como ocurría en otra gran miniserie británica, 'The Investigation (El caso del submarino'. En aquella, el caso se centraba en un crimen real perpetrado por el dueño de un submarino en Copenhague que asesinó a una periodista sueca que quedó con él para entrevistarle. La serie intentaba esclarecer los hechos a través del metódico trabajo de la policía danesa que se las tuvo que ver con un sospechoso que cambiaba su versión en repetidas ocasiones.

En ‘Vigil: conspiración nuclear’ entra en juego no solo la pertinente investigación de un asesinato sino el mismo submarino en sí. El HMS Vigil es un submarino británico equipado con disuasión nuclear, es decir, a pesar del crimen, el submarino debe continuar su cometido, que es el de proteger la seguridad nacional ante un posible ataque nuclear. A finales de los años 60 se puso en marcha en Reino Unido este tipo de estrategia, con submarinos que portan misiles y que continuamente están patrullando las zonas de mayor vulnerabilidad. En el primer episodio, se une al crimen principal un extraño accidente por el que un pesquero escocés es hundido de forma espectacular. ¿Tienen relación ambos hechos?

Un asesinato y un montón de sospechosos

En efecto, en 'Vigil: conspiración nuclear', como si se tratara de una de las mejores novelas de Agatha Christie, todos los tripulantes del submarino son sospechosos. Y al igual que en una de sus historias de suspense que cuenta con más adaptaciones, 'Diez negritos' que transcurría en una isla, ninguno de ellos podrá escapar al exterior. Es decir, el asesino sigue en el submarino, infiltrado entre sus compañeros.

Cuando uno de los tripulantes aparece muerto y se descarta una posible sobredosis, el espectador debe comenzar a analizar a cada uno de los personajes, las motivaciones para acabar con su vida y si ese secretismo (ninguno quiere hablar) tiene que ver con la propia misión de la disuasión continua en el mar, más conocida como Trident. Hay que pensar que más de 100 hombres y mujeres deben permanecer unos tres meses encerrados en un submarino, hacinados, sin luz y sin ningún contacto con el exterior. La inercia es el silencio mientras dura la patrulla, nadie escucha malas noticias ni se alimenta el estrés con elementos inesperados. Todos siguen un orden, una rutina, que no desestabilice el día a día. Pero, ¿y si ocurriera un asesinato a bordo? Esto es lo que analiza 'Vigil: conspiración nuclear'.

Una investigadora dentro del submarino

En el primer episodio (la serie tiene seis), una inspectora jefe llamada Amy Silva es enviada de urgencia por la Marina al submarino. Su cometido es claro: averiguar primero si se trata de un asesinato y, por supuesto, esclarecer los motivos y descubrir al asesino. No solo tendrá pocas horas para resolver el entuerto, en principio tres días, sino que se encontrará con un muro de silencio que podría esconder una conspiración a gran escala. Como todo buen thriller de suspense, en 'Vigil: conspiración nuclear' Amy Silva es también el espectador. Con ella nos deslizamos del helicóptero que nos lleva al mar en medio de la nada y como ella cerramos la escotilla por encima de nuestras cabezas.

Para los que sufran claustrofobia el golpe es brutal. Silva duerme en la parte de arriba de una litera y su cara prácticamente roza el techo; debe andar con cuidado por los estrechos pasillos y aunque intente ser una más, es obvio que allí no es bien recibida. Es el elemento que enturbia la paz, un personaje que no atiende a las jerarquías propias del submarino pero con la que se pueden encarar si resulta demasiado incisiva y pesada (que lo es, claro). Allí se encuentra sola, sin acceso a una información fiable, esquivando posibles pistas falsas con su intuición. Para más inri, se rebela en un flashback que Silva no ha superado un trauma, efectivamente, relacionado con el agua. Una pesadilla, vaya.

Su amante le ayuda en el exterior

Para que no resulte agotadora la extraña sensación de que te falta el aire estando dentro de un espacio tan hermético (literalmente hablando), la historia de alta tensión corre en paralelo en el exterior. Fuera, Amy Silva se ayuda de una compañera, Kirsten Longacre, con la que mantuvo una relación amorosa, algo que le da mucha vidilla a la historia entre estas dos mujeres, que no solo es meramente profesional. Las indagaciones de Longacre le servirán a Silva para ir encajando las piezas del puzle dentro del submarino.

Los protocolos de la Marina hacen imposible que Silva se pueda comunicar con el exterior de una forma fluida, de ahí que los telegramas que ambas mujeres comparten sean examinados con lupa. Sin embargo, y gracias a esa relación estrecha que les une, ambas son capaces de entenderse a través de mensajes con claves ocultas, un ingenioso sistema que seduce desde el primer momento al espectador.

Rose Leslie en 'Vigil: conspiración nuclear'
Rose Leslie en 'Vigil: conspiración nuclear' | BBC

Un reparto de lujo

Para interpretar a la policía Amy Silva, una mujer moderna que esconde cierta fragilidad, nadie mejor que Suranne Jones, popular por 'Doctora Foster' y 'Gentleman Jack'. El hecho de verse atrapada en el submarino le hace reflexionar sobre su propia vida, cuestionarse sus decisiones en lo personal. En el exterior le ayuda la intrépida Kirsten Longacre encarnada por Rose Leslie('The Good Fight', 'Juego de tronos'). Ambas actrices ya han interpretado antes a mujeres lesbianas empoderadas a las que no se les han puesto las cosas fáciles.

Junto a ellas, los tripulantes del submarino. Shaun Evans ('Endeavour', 'Whitechapel') ayuda a Amy Silva dentro del submarino, y Paterson Joseph ('The Leftovers') es el capitán. Martin Compston ('Line Of Duty') interpreta a un personaje enigmático como pocos y Adam James ('Belgravia', 'Doctora Foster') vuelve a caer mal, como casi siempre. Además, Connor Swindells ('Sex Education', 'Jamestown'), Anjli Mohindra ('Bodyguard') y Gary Lewis ('Billy Elliot', 'Outlander').

De los productores de 'Line of Duty'

Dos protagonistas femeninas y complejas en un mundo de hombres con unas reglas muy férreas. Una emocionante investigación policial que va desenredando algo más grande que el asesinato de un marine. La acción trepidante a pesar del ambiente claustrofóbico que se vive dentro de un submarino. Y por supuesto los efectos especiales. Los productores de 'Line of Duty' lo vuelven a hacer y enganchan al espectador desde el minuto uno. Retoman la idea principal de esta gran serie: la investigación interna a otros colegas. Al igual que en 'Line of Duty', el criminal no es necesariamente alguien externo sino que forma parte de la organización, está entre nosotros. Y al igual que hace el submarino, el sospechoso permanece oculto, bajo el agua, esquivando aparecer en el radar. Ojo cuando se vea acorralado…

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