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'¿Quién es Anna?', la historia real tras la nueva serie de Shonda Rhimes

La creadora de 'Scandal' se atreve con otro escándalo. El de la gran estafa que urdió una joven, Anna Sorokin, que consiguió timar a buena parte de la alta sociedad neoyorquina. Pero, ¿Cómo lo consiguió?

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La miniserie de nueve episodios que ha creado Shonda Rhimes ('Anatomía de Grey', 'Scandal') con su productora Shondaland trata a Anna Sorokin –el alias de Anna Delvey– como un misterio que desenredar. Una joven de solo 26 años que perseguía (a su manera) el sueño americano y que consiguió triunfar, engañando a buena parte de la élite de Manhattan. Tras una imagen de glamour y elegancia, Sorokin escondía a una mujer calculadora y ambiciosa, que no dudó en arriesgarlo todo con tal de conseguir el poder y la fama. Acabó en la cárcel, tras un juicio mediático, dejando tras de sí multitud de artículos en prensa que intentaban desentrañar cómo una chica rusa del montón había conseguido hacerse pasar por una experta en arte alemana sin levantar sospechas.

Sorokin lo tuvo claro: había que fingir hasta lograr su objetivo. '¿Quién es Anna?' ('Inventing Anna'), que Netflix estrena el viernes, comienza con la joven en la cárcel. Su voz en off nos la describe como una mujer decidida y sin miedo, sin preocupación alguna a pesar de su situación. Varias imágenes nos contextualizan el momento, a finales de 2017. El poder de las redes sociales como incentivo para el postureo, la facilidad para hacer nuevos amigos inventando una forma de vida que no existe en realidad. Pero no nos cuentan quién es Anna. Eso es cometido de una obcecada periodista, una joven embarazada llamada Vivian, que se enfrenta incluso a sus jefes en la revista en la que trabaja con tal de descubrir quién es la impostora.

En realidad, ambas mujeres comparten mucho más de lo que en apariencia parece. Aunque los medios para conseguirlo son diferentes, ambas buscan el reconocimiento en un mundo de hombres. Anna consiguió codearse con lo más granado de Wall Street, y Vivian antepone su salud física y mental con tal de que sus colegas de profesión hombres la valoren. Anna sabía lo que quería, como le ocurre a la periodista. Y ambas van a por ello. En el primer episodio, conocemos mucho más a Vivian, ella parece el eje central de la trama. La joven lucha por hacerse un hueco e investiga por su cuenta. Esos mismos jefes que insisten en que se centre en un artículo sobre el #metoo cuando el tema ya está, según ella, pasado de moda, son los que le dan vía libre finalmente para seguir la pista de la tal Anna porque creen que pronto se la quitarán de encima cuando pida la baja por maternidad. La serie, muy Shonda, le mete un buen mazazo al patriarcado y obliga al espectador a ponerse del lado de las chicas.

Fue la propia Julia Garner, conocida por su (también) ambicioso personaje "que sale de la nada" en 'Ozark' y ganadora del Emmy, quien se interesó por el personaje. Lo hizo tras leer el artículo en el que se inspira la miniserie, un texto de 2018 publicado por Jessica Pressler –también productora en la serie– en la revista New York: 'How Anna Delvey Tricked New York's Party People'. Cuando tuvo la oportunidad, consiguió el papel. La actriz se plantó una peluca, relleno para aparentar más peso y hasta dientes falsos. Pero no solo perfeccionó su físico, también logró entrevistarse con la propia Anna Sorokin en la cárcel, tal y como hace la periodista en la serie con su personaje. Garner se fue con la sensación de que Anna era una persona honesta con los que le rodeaban a pesar de engañar a los que tenían pasta.

La mujer de la derecha es Anna Delvey, en quien se basa '¿Quién es Anna?'
La mujer de la derecha es Anna Delvey, en quien se basa '¿Quién es Anna?' | Getty

La serie dirigida, entre otros, por David Frankel arranca con el día que la imputan y piden presión preventiva. Su hazaña criminal involucra a importantes inversores. Delvey estafó a hoteles, restaurantes, bancos, diseñadores y todo lo que pillaba a su paso. La supuesta heredera alemana decía contar con unos ahorrillos de 67 millones de dólares. Lógico que se hiciera un hueco entre los miembros de la alta sociedad neoyorquina. Su ambición fue tal que hasta intentó timar a un timador, a Billy McFarland, al que pillaron por el sonado caso del festival Fyre. Los delirios de grandeza no tardaron en llegar. Como desveló Vanity Fair en un artículo, la falsa socialité actuaba de una forma de lo más evidente, como cuando “invitó” a una amiga a una lujosa estancia en Marrakech y se escaqueó dejándole a ella que pagara la cuenta: 60.000 dólares nada menos.

Si algo demuestra la serie es que Vivian, la periodista interpretada por Anna Chlumsky (‘Veep’), manipula a su manera a Anna para que le cuente su verdad. Si se declaraba culpable, como le animaba su abogado, la gente pensaría que era una idiota más. Vivian quiere que la valoren y logra engatusar a Anna como hacía ella con sus víctimas. Su objetivo es la entrevista definitiva, la que cuente que detrás de esa Anna aparentemente torpe hay una mujer brillante. A Vivian no se lo pondrá nada fácil, claro, y hay alguna escena que sugiere que el papel que le va a tocar desempeñar es el de detective a lo Jessica Fletcher (en una tele se ven escenas de ‘Se ha escrito un crimen’). Anna logró que nadie, ni su círculo de amigos ricos, la conociera de verdad. Tenía carisma, se lo pasaban bien con ella, era divertida. Su ansia por llegar a lo más alto, ganar dinero, tener poder y fama le llevaron a tejer una red increíble de contactos, con otros emprendedores y personas influyentes.

Lucía ropa de alta costura, viajaba en jet privado, en yate a Ibiza, la invitaban a la semana de la moda de París. Era tal su obsesión por su aspecto (recordemos, Instagram) que durante el juicio se negó a entrar en la sala porque creía no llevar un outfit apropiado, y hasta llegó a contratar a un estilista. Tenía 28 años y había dejado tras de sí un reguero de víctimas que habían preferido callar por vergüenza. En febrero del año pasado Anna salió de prisión, tras cumplir solamente dos años de su condena por fraude (en realidad podían haberle caído de cuatro a 12 años). Y lo hizo con la cabeza bien alta, como una auténtica VIP. Netflix le había adelantado el dinero por los derechos de la serie estando aún entre rejas. Una serie que no apoya lo que hizo pero que intenta comprender los motivos.

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