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Juegos para que las madres desastre se diviertan con sus hijos este verano

Las madres desastre no van a ponerse a hornear pasteles veganos en familia, ni van a idear constructivas masterclasses de cerámica, visitar exposiciones sobre la cultura inca o a repasar la discografía de Simon & Garfunkel junto a sus pequeños, mucho más interesados en The Sound of Silence que en actividades como ver durante horas La patrulla canina o comer tierra.

Madre e hijo jugando

Madre e hijo jugandoiStock

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Las madres desastre saben que la batalla de las largas tardes elaborando un mapamundi casero de monumentos está perdida, de manera que solo les queda admitir su derrota y jugar en otra liga. Una liga en la que no existe el bulgur, ni los juguetes de madera, ni los vestidos de Desigual, una liga en la que los padres no tienen abdominales y en las que a veces ¬–por más que duela luego, porque siempre duele– se pierden los nervios.

Pero no desesperéis, madres desastre, porque en esa liga, una especie de tercera regional de ser madre, se puede jugar también a cosas que molan. Como todas estas, que van a divertiros tanto a vosotras como a vuestros hijos y, por supuesto, también a los padres desastre (si los hay).

Hacer un herbario

Es profundamente divertido y además, cuidado, porque es uno de esos juegos que os harán parecer madres perfectas, al menos hasta el momento en que perdáis de vista a vuestros hijos durante un minuto y aparezcan completamente mojados por algún líquido indefinido mientras degustan alegremente una caca de perro. Si pasáis el verano en el campo, o si por algún compromiso familiar tenéis que visitar en el pueblo a vuestros suegros y queréis pasar tiempo alejados de ellos (las madres desastre os volvéis misántropas en el pueblo de vuestros suegros), ya tenéis la excusa: vais a buscar hojas, las dejáis secar al sol y las pegáis en una bonita libreta de hojas gruesas junto a los nombres científicos de los árboles. Lo tendréis durante mucho tiempo, lo podréis ir ampliando y será un recuerdo precioso de las vacaciones. Si vuestro suegro es guay y es un hombre de campo, será la actividad perfecta para que os acompañe, os hable de las cosas que sabe y propicies un momento de quality time abuelo-nieto que te agradecerán de por vida. Chupaos esa, madres perfectas.

Madre e hija
Madre e hija | iStock

Juegos de mesa inteligentes

Si los niños ya son un poco mayores (a partir de los 8 años) existen juegos de mesa inteligentes que les harán pasar un rato divertido, sobre todo Carcassone, Catan (¿de verdad aún no habéis jugado a esta maravilla?), Mancala, Risk y Scrabble. El Dixit, por su parte, es un juego profundamente evocativo que os hará pasar un rato divertidísimo en familia (aquí caben abuelos, tíos, primos…) y reforzar los vínculos y la complicidad entre vosotros.

Preparar helados y polos caseros

Nada más fácil que preparar un helado casero para echar un rato divertido con los más pequeños. Deja que sean ellos los que elijan los ingredientes (incluso podéis ir juntos a comprarlos) y poneos manos a la obra: no tardaréis ni media hora y el resultado estará listo a las pocas horas en el congelador. ¿Hay algo mejor que lamer los restos que han sobrado en el cazo tras derretir chocolate?

Escribir una novela juntos

Idead unos personajes, imaginadles unas aventuras, haceos con un buen cuaderno en blanco y escribid cada día un trozo de su historia. Será un buen pasatiempo que podéis hacer a diario (¿y si buscáis un momento cada día? Después de la cena, por ejemplo) y que os permitirá imaginar juntos historias apasionantes e ir modificando día a día el devenir de vuestros personajes. Igual os lleváis sorpresas agradables, como que vuestro hijo escriba las aventuras de un personaje llamado Gatuno, que casualmente es periodista como su madre –esto es un hecho real–, un intrépido profesional sesudo y algo aburridote, pero de buen corazón, que dirige una prestigiosa revista de gastronomía para gatos llamada Latismo. ¿Quién dijo que a veces te los comerías y otras te arrepientes de no habértelos comido?

Apuntaos juntos a un curso

Hip hop, robótica, dibujo, capoeira o chino. Siempre es un buen momento para compartir tiempo de calidad junto a vuestros hijos mediante el aprendizaje conjunto. Así, como si fueses una madre perfecta, le estarás enseñando valores la mar de educativos: cualquier momento es bueno para aprender, el saber no ocupa lugar, lo importante es participar (especialmente si os apuntáis a algo que se os dé especialmente mal: lo sabemos, la lista es amplia).

Álbum familiar

Ahora que todas las fotos las tenemos en digital y ya apenas existen los álbumes, ¿qué tal si creáis un álbum de sus primeros años de vida? Podéis empezar dibujando un árbol genealógico en la primera página y a partir de ahí incluir fotos tanto suyas como del resto de miembros de la familia. Será divertido seleccionarlas, imprimirlas y montar juntos el álbum.

Cuaderno de viaje

En la línea de los puntos anteriores, muchos niños disfrutan de lo lindo elaborando un cuaderno de viaje a su antojo, en el que todo valdrá: entradas, tickets, fotos, recortes, impresiones, dibujos, pasatiempos, diario de viaje e incluso la letra de alguna canción. Tal vez deseen ser ellos los que lo hagan, o quizá quieran que les ayudemos. Dejad que os guíen y sean los editores de un cuaderno de verano que disfrutarán hojeando cuando sean mayores.

Después de todo, igual no eres tan desastre, ¿no?

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