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El estrés, los medicamentos, la comida...

Estas seis cosas están arruinando tu vida sexual

Os queréis mucho, estáis muy a gusto juntos, hay risas, complicidad y buen sexo…o al menos, lo había, porque de un tiempo a esta parte vuestra vida sexual se resiente. Y no tienes muy claro por qué, porque él te sigue excitando y tú a él, pero entonces, ¿qué pasa?

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Pues pueden pasar mil cosas, porque a nuestro deseo sexual y en general, a la cama, le afectan mil factores: desde cómo nos ha ido la jornada, a preocupaciones que vayamos arrastrando, por supuesto, el estrés, pero incluso, lo que hayamos comido, bebido, etc. Echa un vistazo a esta lista para comprobar cuál de estos ítems (o cuáles) le está pasando factura a tu vida sexual:

- El estrés: el 70% de las relaciones sexuales bajo los efectos del estrés son “poco o nada satisfactorias”. El estrés te afecta a nivel físico, psicológico y fisiológico. A nivel físico por ejemplo, pueden darse dolores de cabeza, cansancio generalizado y tensión muscular. Y todo eso afecta a tu libido, evidentemente. Pero además, el estrés también puede provocar insuficiencia de erección, eyaculación precoz y una menor lubricación vaginal.

- El ocio: no vamos a referirnos a ninguna plataforma para ver series o películas pero lo sabes, desde que estáis enganchados a esa serie es llegar a casa, cenar y tumbaros en el sofá. Y nada más: no decimos nada si has cometido el error de poner una tele en tu habitación. ¿Lo mejor? Quitarla directamente y empezar a dedicaros tiempo a vosotros, sin distracciones de por medio. Una serie compartida debajo de la mantita en el sofá está muy bien, pero no digamos, un buen polvo.

- La alimentación: sí, y en alguna ocasión lo hemos abordado (mira este artículo). Comidas o cenas demasiado copiosas le sientan fatal al sexo, así que procura cenar ligerito para encontrarte en forma en la cama. Lo mismo nos vale para el alcohol: un poco de alcohol desinhibe y te sienta de maravilla. Pero a poco que te pases, el sexo puede irse al garete.

Hamburguesa
Hamburguesa | iStock

- Un medicamento: por ejemplo, medicamentos para la tensión alta o la depresión pueden afectar al deseo sexual. “También pueden afectar a la libido, aunque no siempre, los ansiolíticos, anticonceptivos orales, antihistamínicos, la finasterida (para la calvicie), etc”, comenta la ginecóloga Miriam Al Adib Mendiri.

- Una autoestima baja. Que si de repente has cogido peso (y después de las Navidades no es de extrañar), ese pecho que se cae, esa celulitis, las varices… En el caso de ellos, el peso también, la caída del pelo.. hay mil cosas que pueden hacernos pensar que somos menos deseables. Ojo con todo esto: cuando veas que estos pensamientos te acechan, ponlos en barbecho. Una imagen positiva de ti misma redunda en tu autoestima y también, en una buena vida sexual.

- Los hijos: los adoras, pero te agotan. Y llegas agotada a la cama y solo te apetece dormir. Es lógico pero también es importante que encuentres (al igual que en el punto anterior sobre el ocio) un espacio de encuentro con tu pareja en el que solo estéis los dos. Para disfrutaros a tope.

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