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TRES DÍAS DE LUJO Y JOLGORIO

Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo acuden a la ostentosa e inolvidable boda de Giovanna Battaglia en Capri

Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo han vivido un fin de semana que difícilmente van a olvidar. El matrimonio estaba invitado al enlace entre Giovanna Battaglia y Oscar Englebert en la isla de Capri, un evento que duró tres días y que estuvo repleto de fiesta, lujo, brillos y mucho glamour. Entre cenas, banquetes y fiestas en barco, Pierre y Beatrice no pararon de bailar y disfrutar en la que sin duda ha sido la boda del año.

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La semana pasada, la isla de Capri acogió la boda más ostentosa de cuantas se recuerdan en la historia. Giovanna Battaglia, la directora de moda de la revista W, y Oscar Englebert contrajeron matrimonio con un lujoso y original enlace que duró tres días y que dejó maravillados a todos los invitados.

Los exclusivos asistentes, entre los que se encontraban Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, tuvieron la suerte de alojarse en el Gran Hotel Quisisana de Capri durante todo el fin de semana. El viernes, los novios organizaron una gran cena en la Piazza Umberto I, donde ya se dieron cita personalidades como Margarita Missoni, Lauren Santo Domingo, Anna Dello Russo (que también era dama de honor), Giambattista Valli o Dean y Dan Caten.

Como no podía ser de otra manera, la novia irrumpió en la plaza con un vestido de Azzedine Alalia y montada en un patinete impulsado por múltiples globos de colores. La velada contó con un cantante de ópera, spritz y un photocall constituido por el propio quiosco de prensa del lugar.

El sábado fue el gran enlace en el faro Punta Carena, un emblemático escenario de la isla al que Giovanna se presentó con un vestido de Alexander McQueen que quitaba la respiración. Sus damas de honor, todas vestidas en diferentes tonos de rosa, sujetaron orgullosas su kilométrica cola y quedaron ni que pintadas bajo la lluvia de pétalos rosas y blancos que cayó al final de la ceremonia.

El outfit de la novia volvió a cambiar para el banquete a la orilla del mar, donde apostó por un minivestido con una larga capa y unas botas mosqueteras. Por su parte, Beatrice llevó al evento un diseño de su cuñada Marta Ferri, quien vistió a varias de las invitadas de la boda.

Para poner punto y final a estos tres días de jolgorio, los novios llevaron a los asistentes a un antiguo barco petrolero adornado con focos, un gran escenario de telas rojas, plumas, brillos y un ambiente tropical que llevó a todos hasta el medio del mar, donde disfrutaron de una inolvidable fiesta. En esta ocasión, Beatrice optó por lo sparkly y una cola y Pierre se enfundó unos pantalones de campana animal print. ¡Menuda boda gitana!

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