Es capaz de refrescar una bebida en 30 segundos
Nace el microondas... que enfría
A veces, solo basta con fijarse en las ideas que ya han funcionado para inventar algo novedoso. Este es el caso del "microondas del frío", un invento hispano-británico que utiliza un vórtice para enfriar las bebidas mediante un centrifugador externo.
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Agosto. 30 grados. Llegas a casa y quieres una cervecita bien fresquita... abres el frigorífico y ¡maldición, no queda ni una! Eso sí, seguro que en tu despensa tienes una docena de latas a temperatura ambiente... Tu única solución es meterla en el congelador para ver si logras enfriarla en un tiempo récord. La mayoría de las veces, este plan sale mal, se te acaba olvidando la lata y al día siguiente explota en el congelador remojando tus croquetas o tus empanadillas.
Pensando en los pocos previsores, ha nacido V-Tex. Esta tecnología, desarrollada a medias por la empresa británica Enviro Cool con la colaboración de la española Dymtec, permite lo que no se había conseguido hasta ahora: enfriar en menos de un minuto una lata de cerveza o de cualquier otro refresco o una botella sin congelar el contenido.
¿Cómo lo consigue? Rotando la bebida a determinada velocidad para crear un vórtice 'Rankine' que permite mezclar la bebida sin que las burbujas de dióxido de carbono se vean afectadas. Esto es la verdadera novedad, ya que hasta ahora había sistemas que enfriaban las bebidas con gas, pero acababan agitando las burbujas de modo que al abrir la lata, el contenido de ésta salía disparado.
El proyecto ha sido financiado por la Unión Europea, ya que permite un ahorro de energía del 80%, debido a que no es necesario refrigerar las bebidas antes de su consumo. Simplemente uno coge la lata a temperatura ambiente, la introduce en la máquina y la bebe fría sin tener que almacenarla previamente en el frigorífico.
Los primeros modelos de esta máquina se instalarán en centros comerciales y en gasolineras, pero también estará disponible en formatos más pequeños pensando en su uso doméstico. Sus números la avalan: una lata de 33 centilitros se enfría en medio minuto, mientras que una botella de medio litro se pone fresquita en dos minutos y medio. Lo que aún no conocemos es el precio del invento, que permitirá que, imitando a Escarlata O'Hara, digamos: "Pongo a Dios por testigo que nunca más me quedaré sin mi cerveza fresquita".
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