En Madrid también hay vinos (playa no, eso es más difícil)

Y conste que no lo digo yo, y que tampoco es nada nuevo. Se constituye, tal cual se conoce hoy, como Denominación de Origen en 1990, pero ojo que los del Císter ya andaban recuperando viñedo en la zona allá por la Edad Media.

Pues eso, que al sur de la Comunidad de Madrid se hacen vinos; se hacen blancos, rosados y tintos y se va de enoturismo, como está ‘mandao’ en toda región vitivinícola que se precie. Se tienen uvas de porte castizo, como la variedad “albillo”, y bodegas tan molonas como “Comando G” (de Garnacha). Sus vinos, muy recomendables, son un contrapunto atrevido, joven y descarado dentro de un sector al que, con proyectos como este, se le empieza a quitar polvo y canas. Busca por ahí “La Bruja Avería” o “El Hombre Bala” y verás de lo que hablo. Dignos de figurar en esta relación de vinos pop.

Y puestos a buscar, no dejes de probar los que se hacen en Bodegas El Regajal (Aranjuez) o en Tagonius (Tielmes) o en Bernabeleva (San Martín de Valdeiglesias). “Manu” de Vinos Jeromín (Villarejo de Salvanés) o “El Rincón” de Pagos de Familia Marqués de Griñón. O…

Para no perderse, un par de apoyos: la web de la D.O. Vinos de Madrid, con todas las bodegas, vinos, noticias, etc. y la de Madrid Rutas del Vino, con todas las opciones enoturísticas. Rutillas como “Camino de Reyes” o “Escenas y Crónicas de Francisco de Goya”, que para un sábado de solecito y primavera pintan muy bien.

Ya ves. Los Vinos de Madrid no solo existen, sino que están viviendo un crecimiento interesante. Premios nacionales e internacionales que (siempre viene bien) avalan la calidad, un aumento de ventas en la región del 20% y apuestas de iniciativas privadas, como el programa Priceless Citiesde MasterCard, que acaba de unir las “Rutas del Vino de Madrid” a las experiencias exclusivas de ocio que ofrece a titulares de sus tarjetas. Un programa a nivel mundial, activo en más de 35 ciudades, que colocan a Madrid a la altura de Singapur, Londres o Nueva York.

Y a quien le interese profundizar, y archivar datos de esos con los que quedas guay en una cena (del tipo: “parece confirmado que las primeras plantaciones de viñedos en la Comunidad fueron realizadas con la conquista romana”) os soplo que recientemente se ha reeditado el libro “Historia del Vino de Madrid”, completando la edición original de Leocadio Machado de 2002.

En su presentación, el escritor y periodista Alfonso Ussía –que acaba de ser nombrado embajador de los Vinos de Madrid- regaló unas palabras sobre los vinos de la región con las que cierro, porque me ha parecido oportuno y porque él tiene más arte que yo en esto de la pluma: "Si lo bebió Felipe IV, si lo bebió Cervantes, Quevedo y Góngora y si lo bebió Pedro Calderón de la Barca, ¿por qué no lo vamos a beber nosotros?"