CUIDADO CON LAS ALTAS TEMPERATURAS
¿Cómo evitar la salmonelosis?
La salmonella es una bacteria patógena que se halla en las aves, y que resulta especialmente virulenta en verano, con las altas temperaturas. Si seguimos una serie de medidas preventivas podremos evitarla, especialmente a la hora de tratar los huevos, principales fuentes de esta bacteria que también hallamos en carnes, frutas y verduras crudas.
Publicidad
Diarrea, fiebre, vómitos y calambres abdominales son algunos de los síntomas de la salmonelosis, una infección causada por la bacteria salmonella, presente en diversos alimentos, con especial incidencia en las cáscaras de los huevos. Pese a que los síntomas suelen remitir pasados unos días, es cierto que suelen ser bastante severos y que en cierta población de riesgo –niños, ancianos, personas inmunodeficientes– puede llegar a causar incluso la muerte.
La salmonella es un grupo de bacterias que se transmiten por contacto directo o contaminación cruzada durante la manipulación, en el procesado de alimentos o en el hogar. Su período de incubación puede durar entre 7 y 28 días y la convalecencia entre 1 y 8 semanas, en los casos más severos. Para evitar su contagio es importante seguir una serie de pautas a la hora de comprar, cocinar y servir los alimentos. Aquí van algunas de ellas.
1- Compra sólo huevos que estén refrigerados, o en un ambiente con aire acondicionado y temperaturas que ronden los 20 grados. Los puestos callejeros no son una buena opción en verano. Antes de llevarte la caja, comprueba que las cáscaras no estén ni rajadas ni muy sucias.
2- Consume los huevos enseguida. Es preferible que los compres en paquetes de media docena y vayas reponiendo que tener huevos sobrantes en casa que tardarás semanas en consumir.
3- Cocina completamente los huevos, hasta que la yema y la clara estén sólidas. Nada de tortillas con el huevo ligeramente crudo o huevos revueltos semilíquidos. Si queremos elaborar estos platos en verano, así como carbonaras o cualquier otra receta que incluya huevo sin cocinar o poco cocinado, deberíamos adquirir huevos pasteurizados. Lo mismo ocurre con la carne de ave, que debemos cocinar correctamente y evitar su contacto, cuando esté cruda, con utensilios de cocina que vayamos a utilizar posteriormente y con otros alimentos.
4- Evita dejarlos a temperatura ambiente. Tanto huevos como mayonesas deben ser refrigerados nada más cocinarse, de manera que no pueden permanecer demasiado rato en la mesa cuando estemos en grandes comilonas veraniegas con largas sobremesas. Una vez servido todo el mundo, bien deberían guardarse en la nevera o en un recipiente con hielo para mantener su temperatura. Lo mismo ocurre en caso de pícnics: los huevos deben guardarse con las bebidas, en una neverita con hielo.
5- Lávate bien las manos. Es muy importante una correcta higiene antes de manipular cualquier alimento, lo mismo que tablas de cortar y utensilios de cocina. Del mismo modo, es fundamental lavar muy bien frutas y verduras.
6- No descongeles a temperatura ambiente. Este consejo vale para todas las épocas del año, pero especialmente en verano es fundamental descongelar en la parte menos fría de la nevera.
7- No utilices el mismo recipiente para alimentos crudos y cocinados. No reaproveches el bol donde has manipulado huevo crudo para colocar el alimento ya cocinado (un clásico de las tortillas), y del mismo modo evita cascar el huevo con el borde del recipiente. Pese a que es imposible evitarlo por completo, la idea es que el huevo tenga un mínimo contacto con la cáscara. En este sentido, cuando elabores repostería y necesites separar las claras de las yemas no lo hagas con la cáscara.
8- Añade un pelín de limón o vinagre a las salsas con huevo. No es garantía de nada, pero al ser alimentos ácidos las bacterias tienen más dificultades para crecer.
9- No conserves la mayonesa. En el caso de mayonesas caseras, es preferible que hagas justo la que vas a consumir y si te sobra algo mejor que la tires. Sí puedes conservar sin problemas las mayonesas industriales.
10- Ojito con los paños. Sabemos que no es ecológico, pero es preferible apostar por papel desechable o, si no nos convence, ser muy pero que muy pulcros con la limpieza de bayetas y paños de cocina. Son una fuente de bacterias, que además habrán entrado en contacto con restos de carnes, huevos o verduras crudas, de manera que en los meses que dura el calor es conveniente evitarlos.
Publicidad