EN EL NORTE TAMBIÉN SE TAPEA
Cinco mesas para un vermú a la gallega
Que lo del vermú iba en serio lo demuestra el auge de la bebida en todos los lados. Tabernas, bares, clubs y restaurantes con y sin estrella Michelin ya han hecho un hueco (otro más) en sus cartas a una bebida que habla también de la cultura del país. Hacer el vermú de entonces poco tiene ya que ver con el de ahora, como demuestran estos cinco locales gallegos en los que hemos vermuteado así de bien.
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Lo saben bien especialmente esos pequeños productores que han visto doblar o incluso triplicar la demanda fruto tanto de un buen márketing como de la necesidad de servir esa bebida de la que todos hablan.
El vermú gallego Petroni es un claro ejemplo de ello. Elaborado íntegramente en Padrón de forma casi artesana a partir de vides de uva Albariño ha conseguido erigirse en imprescindible en mesas de lo más variopintas sin salir siquiera de Galicia. Desde la cafetería del pueblo al asador más cercano a los viñedos o a ese restaurante al que aspiran entrar todas las bodegas.
Ahí van cinco mesas donde vermutear a la gallega, esto es, con un buen Petroni bien cerca de Padrón, donde se elaboran más de 130.000 litros anuales de la citada bebida.
ASADOR O PAZO. A las afueras de Padrón, este restaurante de carretera aparece como la fonda ideal para hacer más llevadero el camino y ya no sólo el Camino (con mayúscula). La materia prima es tan buena que con pocos aderezos sabe a gloria. El vermú puede servir de maridaje o bien de condimento. Preguntad si no por las almejas de la casa… No conseguiréis que el chef os desvele la receta pero daréis cuenta de un plato que concentra el sabor de Galicia como pocos en la zona.
N-550, 23. Padrón.
CASA MARCELO. Al igual que por el vermú parece no haber pasado el tiempo, el restaurante de Marcelo Tejedor, referente indiscutible en Santiago de Compostela, conserva desde el primer día la personalidad de su artífice y propietario. Sin estrella o con estrella, en esta Casa se sigue comiendo de maravilla. Ya sea con los cubiertos de toda la vida o con los palillos actuales. El aperitivo de rigor, nada más sentarse a la mesa, que sea con Petroni. Dejad los vinos de la Casa para brindis posteriores…
Rúa das Hortas, 1. Santiago de Compostela.
LA RADIO. Las mesas giratorias de este club de Santiago de Compostela muestran bien a las claras la de vueltas que ha dado una bebida como el vermú. Las botellas de Petroni sobresalen sobre las otras en la terraza e invitan al tapeo con cualquier producto fresco del vecino mercado de abastos. Ya sea blanco que rojo, el trago de Petroni combina a la perfección con pescado crudo o elaborado lo justo. Lo bueno si poco hecho, dos veces buenos.
Praza de Abastos, 4. Santiago de Compostela.
O LOXE MAREIRO. Hay que acercarse hasta Carril para saborear el enclave más cercano al mar de los chicos de Abastos 2.0. Un local abierto al temporal y abocado a la marea en cuya terracita se recomienda contemplar la puesta de sol entre copa y copa de Petroni. También las tapitas creativas con producto autóctono y los platos de fondo salidos de la cocina vista. Es ésta una propuesta que cala hondo, sin duda.
Rúa Aduana, 56. Carril
TIRA DO CORDEL. En pleno confín de la Tierra, esto es, en Finisterre conviene detenerse en este restaurante de playa -que no chiringuito- donde el cordel colgado de la puerta sigue invitando a entrar a propios y extraños. El vermú sienta mejor con el horizonte a la vista y esos pescados enteros a la plancha -¡optad por la lubina!- de los que no dejarías ni las espinas, aunque ya ni las sirvan…
Lugar de San Roque, 2. Playa A Langosteira. Finisterre.
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