No es el enemigo
Así hay que comer pan sin miedo a engordar
El pan es el demonio para muchos nutricionistas, pero nada más lejos de la realidad. Así debes comerlo para que no te pese.
Publicidad
¿Cuántas veces te han dicho/recomendado que no comas pan, que si no te vas a poner como una bola? Seguro que lo has oido cienes y cienes de veces y, sin embargo, el pan cuenta con una mala fama que, en general, no se merece. No obstante, es cierto que hay una gran diferencia entre las barras industriales y precongeladas que no aportan nada beneficioso al organismo y las hogazas hechas con masa madre y fermentación lenta. Por eso, os vamos a decir los 7 secretos que consiguen que, aunque comamos pan, no engordemos.
Mejor por la mañana. Indudablemente. Por la mañana, tenemos todo el día por delante para quemar hidratos de carbono. Si lo incluimos en la dieta por la noche, tenemos que tener en cuenta que estamos poniéndoselo más difícil a nuestro organismo, que tiene el metabolismo ralentizado y menos horas por delante. Si solo podemos tomarlo en un momento del día, mejor en el desayuno.
No lo mezcles con otros hidratos. Hay que pensar en los hidratos de carbono como un todo: si comemos pasta o arroz, mejor no acompañarlo de pan. Si no queremos renunciar al pan, hay que intentar que el resto del plato sean verduras y proteínas, sobre todo, con el objetivo de buscar un equilibrio. De esta manera, reduciremos la carga calórica y lograremos que haya nutrientes de todas clases.
Intenta que sea integral. Los hidratos de carbono, cuanto más complejos sean, mejor. No solo porque nos aportan más fibra, sino porque nuestro cuerpo tarda más en digerirlos, con lo que la sensación de saciedad se prolonga durante más tiempo. Por eso, es mejor elegir panes hechos con harinas integrales, aunque hay que estar atentos a que no estén incluidas en un porcentaje muy pequeño.
Trigo frente a centeno o espelta. Los actuales panes hechos con harina de trigo refinados no resultan interesantes desde un punto de vista nutricional, ya que se elaboran con variaciones del grano original que contienen más gluten y menos nutrientes. Por tanto, es preferible optar por otros cereales menos 'tocados' por la industria como pueden ser el centeno o la espelta. Cuanto mayor sea su porcentaje, mejor.
Si lo comes con más alimentos, intenta empezar tarde con él. Es importante elegir bien el tipo de pan, pero también comerlo de una forma determinada. Si hemos decidido incluirlo en una comida, hay que evitar el picoteo previo a que llegue el primer plato. Es preferible dejar el trozo de pan a nuestro lado y empezar a consumirlo a medida que hayamos avanzado, ya que así estaremos más saciados y, por tanto, comeremos menos cantidad.
Si comes pan, mantendrás la bollería a raya. Si hay algo que nos dan las grasas y los hidratos de carbono que contiene el pan es esa sensación de bienestar y de confort que deriva en que nuestro cerebro produzca serotonina. Hay expertos que sostienen que este efecto balsámico induce que comamos menos productos azucarados, al tener cubiertas esas necesidades de grasas por el pan que, como ya hemos visto, puede ser muy saludable si lo escogemos bien...
Publicidad