Aceite de oliva, el último milagro detox

En primer lugar, conviene recordar qué es exactamente el aceite de oliva, que no es más que zumo de oliva, por lo tanto no parece descabellado pensar que convertirse en el ingrediente perfecto para dar un toque de sabor a nuestros batidos verdes. Mientras el aceite de oliva virgen y el virgen extra (AOVE) proceden, a grandes rasgos, de olivas recién recogidas y en perfecto estado, existen otras olivas en peor estado con las que se elabora el aceite de oliva estándar, que necesita de estabilizantes.

Las propiedades nutricionales del aceite de oliva son innumerables, lo que convierte a este producto en una de las joyas más preciadas de la dieta mediterránea, mundialmente famosa. Por un lado, es una fuente fundamental de ácidos grasos insaturados, beneficiosos para el organismo, además de un potente antioxidante, que retrasa el envejecimiento celular. Mejora la salud cardiovascular, el sistema nervioso y el desarrollo del cerebro, favorece la concentración y mejora el tránsito intestinal, combatiendo el estreñimiento y los problemas digestivos. Por si esto fuese poco, es un alimento muy recomendable para hipertensos, pues regular la presión arterial, sin olvidar que también mejora la masa ósea.

Una especie de fuente de la eterna juventud, vaya, recién salida del olivo, que puede tener diferente sabor y matices en función de la variedad de aceituna de la que proceda (arbequina, picual, hojiblanca...). No es de extrañar, pues, que en tiempos de fiebre healthy, de búsqueda incesante de productos que garanticen nuestro bienestar tanto físico como mental, el aceite de oliva haya ido cobrando protagonismo hasta convertirse en un ingrediente básico de los batidos detox que han revolucionado el panorama en los últimos años.

En este contexto, ha nacido la iniciativa Olive D-Tox –de la mano de la Interprofesional del Aceite de Oliva Espoañol–, que pretende promover la incorporación del aceite de oliva a los smoothies para aportar una buena dosis de nutrientes a estos batidos ultravitamínicos. Las posibilidades son infinitas, pues el aceite (mejor,a poder ser, virgen extra) no solo aportará nutrientes, sino que dotará a nuestros zumos de un delicioso sabor que los hará, por ejemplo, mucho más atractivo también para los más pequeños.

¿Algunos ejemplos? Desde el smoothie de piña y jengibre con AOVE picual, al de frutosrojos o el de zanahoria y apio. También tenemos el zumo verde clásico, ahora con un toque de AOVE hojiblanca, consistente en la mezcla de manzana, espinacas, pepino y apio.

Solo una advertencia antes de incorporar el aceite a nuestros zumos diarios: basta un chorrito de aceite para dar sabor al batido, no solo porque el sabor del AOVE es muy contundente y podría echar a perder el equilibrio de gustos de los ingredientes, sino también porque el aceite es una bomba de relojería calórica que puede hacer que se dispare la báscula si no lo consumimos con moderación.