NovaMás» Vida

Cuidado, que hay mucho Peter Pan

Cómo reconocer a un inmaduro emocional

Sí, no hacía falta Tinder para saber algo que ya sabíamos, si bien, la app americana lo único que ha hecho es sacarlo más a la superficie: hay mucho hombre maduro de edad (o sea, con más de 30) pero que tiene el desarrollo emocional de un crío de educación Primaria. Lo que viene a denominarse un “Peter Pan”. Que así, de buenas a primeras y durante unas pocas horas, te puede resultar gracioso e incluso, súper tierno. Pero para una relación es un auténtico dolor de muelas, porque a ver, ¿tú qué quieres, tener una pareja o un niño grande del que cuidar?

Hombre en cochecito

Hombre en cochecitoiStock

Publicidad

Eso es lo que tienes que valorar antes de embarcarte en una relación con este tipo de personas: si quieres tener un trato de igual a igual o si por el contrario, te apetece ejercer de madre.

En todo caso, sacamos nuestra particular brújula para decirte cómo detectar, a tiempo, a un inmaduro emocional.

- Nunca es él, siempre son los demás: o sea, nula capacidad para asumir errores. Sea en el trabajo (va acumulando despidos o proyectos que nunca terminan bien) o en el terreno sentimental (no tienes dedos suficientes para contar a sus ex compañeras), siempre el discurso es: “los otros”. Nunca se pone en tela de juicio y nunca nunca es responsabilidad suya. Cuidado: esto no es trigo limpio.

- Se enfada por todo y por nada: puede ser por temas con enjundia y también, porque no le mandaste un mensaje de buenas noches el miércoles pasado. Cualquier excusa es buena para ponerse de “morros” y mostrar su descontento de tal forma que vuestra relación es una montaña rusa: ahora arriba, ahora abajo. Sí, las reconciliaciones son maravillosas pero a qué precio, chica…

- Tiene una mochila bien cargada: muestra inquina con bastantes de sus ex, sino todas. Le cuesta mucho dejar el pasado atrás y por supuesto, perdonar. Se regodea en el rencor sin darse cuenta de que eso le impide avanzar como persona.

Inmaduro
Inmaduro | iStock

- Vive como si fuera un estudiante de instituto: y es algo que puede resultar divertido, pero un rato y de visita. Porque ese desorden en casa, su salir con los amigos como si no hubiera mañana o el delegar en su madre para hacerle la colada o incluso, la comida, a la larga no mola nada cuando ya pasas los 30… Y menos si pretende que quien le planche la ropa seas tú.

- La inseguridad está a la orden del día: es muy inseguro pero en lugar de reconocerlo, lo disfraza. Es decir: se pone muy nervioso si sales con tus amigas y no das señales de vida en toda la noche (algo que él también hace y a ti te parece fenomenal); o cuando hablas con otros en alguna fiesta… Ojo, porque este comportamiento que al principio puede parecer halagador (me preocupo por ti, es porque te quiero..) en realidad esconde a un inseguro y algo bastante peor, a un posesivo y probablemente, celoso.

- Tú avanzas en la relación, no tienes miedo de implicarte, pero él sin embargo… es todo lo contrario. Aparte de que tú te entregas mucho más (vale, cada uno es como es, te repites constantemente), ves que mientras tú no sientes miedo a comprometerte, a él le cuesta una barbaridad. Ya no hablamos de vivir juntos o de tener hijos, ves que es reticente incluso hasta hacer planes de viajes para Navidades.

Publicidad