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Se da más en mujeres

¿Buscamos una pareja parecida a nuestros padres?

Las mujeres tienen más tendencia a buscar hombres parecidos a sus padres si tuvieron una buena relación con sus madres, por miedo a salir de su zona de confort.

Pareja

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Queremos mucho a nuestros padres y admiramos muchas de sus cualidades, pero por norma general, los hijos somos las personas más críticas con sus defectos. Y es que tras la idealización de la infancia, de adultos, somos capaces de conocerles en profundidad con todo lo bueno y todo lo malo. Por ello, juramos ser diferentes de mayores. Y sobre todo buscar una pareja que no se les parezca en absoluto. Aunque solemos fracasar en el intento.

Y es que por algún motivo, incluso aunque inicialmente esa persona especial nos pareciera totalmente diferente, al final resulta tener más en común con nuestros progenitores de lo que quisiéramos. ¿Por qué?

La respuesta es sencilla: nuestros padres también marcan nuestra forma de entender la vida. Así, la psicóloga Raquel Gargallo expone que “Tal y como vivimos, pensamos y existen factores que nos condicionan a la hora de sentirnos atraídos por una persona u otra”.

Profundizando más en esta cuestión, Gargallo expone que buscar parejas parecidas a nuestros padres, de forma inconsciente, tiene que ver con que como hijos “Si no nos independizamos emocionalmente de nuestros padres y nos trabajamos individualmente para ser realmente quienes somos, estableceremos la pauta que hemos seguido desde pequeñitos y es seguir el ejemplo de nuestros padres”.

Sin embargo, parece que no afecta por igual a mujeres y a hombres, y es que la figura del padre es especialmente determinante a la hora de que las mujeres elijan pareja, sobre todo si la relación de pareja de sus padres es buena. Así, se dio a conocer en un estudio de la Universidad de Durham (Inglaterra). Y es que de un modo inconsciente se buscará repetir esta misma receta si ya ha demostrado ser exitosa.

Una idea que puede acabar en desastre, ya que aunque “Esta búsqueda hacia alguien parecido a nuestros padres nos da cierta seguridad de reconocer en el otro lo que ya conocemos”, lo cierto es que esto no quiere decir que sea el camino a nuestra felicidad. “Muchas veces pongo el ejemplo de trabajar en un sitio que te proporciona comodidad y seguridad o trabajar en lo que siempre has soñado”, insiste Gargallo. Pues algo así es buscar una pareja que te dé la estabilidad que encontraste en la figura de tu padre o buscar a alguien que realmente encaje con la persona que tú eres.

Comida familiar
Comida familiar | iStock
Comida familiar
Comida familiar | iStock

Al final se trata de una cuestión de enfrentar miedos y salir de la zona de confort. Algo que no siempre es fácil, “Porque lo desconocido nos mantiene en la incertidumbre”, según la psicóloga.

Otra cuestión diferente, apunta Gargallo, es que realmente haya un modelo de pareja que se busque de forma constante y repetida, e incluso de forma obsesiva. “Ahí los factores que determinan tu atracción por ese tipo de personas están indicando algo concreto que hay que conocer”.

Es en estos casos cuando quizás haya cierta relación con el complejo de Edipo , es decir, de los niños que sienten una obsesión afectiva por su madre, o de Electra, en el caso de las niñas con sus padres, según las teorías freudianas. Todo ello siempre teniendo en cuenta que no se trata de un amor sexual hacia los progenitores, sino de un ideal platónico, que de hecho dificulta la búsqueda de relaciones de pareja de adultos.

Por último, Gargallo apunta que también es común que aunque las parejas sean diferentes a sus padres, lo que se acabe por copiar sean ciertos roles aprendidos desde la infancia. “Muchas veces me encuentro con que alguno de ellos quiere imitar la forma de vida o los roles de sus padres”, apunta la psicóloga. Ante esta situación, recuerda que no se trata de repetir lo aprendido, sino que entre ambos, se sepa crear algo nuevo. “Una relación se crea, y podéis crearla como queráis siempre que lo dos os conozcáis, conectéis con uno mismo, aprendáis a comunicaros y elaboréis vuestros propios acuerdos, reglas de juego para vosotros”.

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