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Trucos para que el aire acondicionado no afecte a tu garganta

Pese a que el aire acondicionado es la única manera de soportar las altísimas temperaturas cuando el calor arrecia, este puede tener una serie de consecuencias sobre la salud que nos afectan de forma desigual.

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Según una investigación publicada en el British Medical Journal, el 28% de trabajadores de edificios con aire acondicionado experimentaron rinitis, frente a solo el 5% de aquellos que ocupaban oficinas con ventilación natural. El mismo estudio indica que un 35% de personas que vivían en espacios con aire acondicionado tenían obstrucciones nasales, frente al 9% en edificios ventilados de forma natural. Esto significa que si bien el aire acondicionado es un buen aliado cuando suben los termómetros tenemos que ser cuidadosas con su uso para evitar sequedad en ojos y vías respiratorias, deshidratación e incluso contracturas musculares, que se pueden dar cuando el chorro de aire nos da directamente sobre un músculo.

Lo mejor para sacar partido del aire acondicionado sin sufrir sus consecuencias negativas es utilizarlo con moderación, disfrutando de sus ventajas sin notar sus inconvenientes. De este modo, no solo estamos haciendo un favor a nuestra salud, sino también al medio ambiente. Según un informe reciente del Ernest Orlando Lawrence Berkeley National Laboratory recogido por The Washington Post, en 2030 habrá en el mundo 700 millones de aparatos de aire acondicionado, una cifra que está previsto que aumente a 1.600 millones en 2050. Los autores de la investigación señalan que es urgente promover el uso de energías renovables para reducir el impacto ambiental de estos sistemas de refrigeración. Para ello, y para que nuestra salud se mantenga en perfecto estado al tiempo que estamos fresquitas, estas son algunas de las medidas que podemos tomar.

Ventila los espacios

Intenta no tener el aire constantemente encendido y ventila los espacios con frecuencia. Así evitarás que se concentren gérmenes y tu salud te lo agradecerá. De hecho, no es cierto que el aire acondicionado nos resfríe a causa de los cambios bruscos de temperatura, sino porque se suelen concentrar buena cantidad de gérmenes en un ambiente cerrado que no se ventila nunca. No olvides limpiar los filtros con regularidad, pues el gasto energético será mayor si están sucios, además de que funcionarán peor. Mantén, además, una buena higiene del aparato para evitar que se acumule suciedad.

Hazte con un humidificador

Pese a que hoy en día la inmensa mayoría de aires acondicionados llevan humidificador incorporado, asegúrate de adquirir uno aparte si no es así. La función del humidificador es aumentar el grado de humedad en el ambiente, ya que el agua que contiene dentro se evapora y se va expulsando periódicamente. Mantener el ambiente humedecido sirve para evitar que se nos resequen la piel, las vías respiratorias y las mucosas, cosa que puede provocarnos molestias.

Dolor de garganta
Dolor de garganta | iStock

Busca métodos de ventilación más allá del aire

Diseñar muy bien la colocación de los aparatos y buscar maneras de reducir su consumo siempre será bueno para la salud, para el bolsillo y para el medio ambiente. Evita tener las persianas levantadas a pleno sol y el aire puesto a tope: siempre será mejor bajarlas para evitar y poner el aire a una temperatura razonable o no ponerlo. No descartes combinarlo con un ventilador, ya sea de techo o de suelo, puesto que tal vez no necesites tener varias máquinas funcionando a la vez. Por otro lado, trata de colocar siempre los aparatos de aire acondicionado en un lugar por donde no pase nadie frecuentemente, para que no le dé el frío directamente.

Bebe agua

Puesto que una de las consecuencias del uso del aire acondicionado es que reseca el ambiente, y por tanto la piel y las vías respiratorias, debes asegurarte de beber agua con regularidad. No olvides que para mantenerte hidratada no necesitas únicamente beber agua: consume frutas y verduras de verano, con grandes cantidades de agua, sopas, cremas, zumos, batidos, café, infusiones, etc.

Evita que te toque directamente

Modifica la dirección de salida del aire para que este no te toque directamente, puesto que puede provocarte molestias musculares e incluso contracturas.

Trata de evitarlo por la noche

A no ser que la temperatura de tu habitación sea insufrible, intenta dormir sin el aire acondicionado, ya que de lo contrario es probable que te levantes con molestias en la garganta o en las mucosas. Una buena idea para dormir bien a pesar del calor es darte una ducha de agua caliente antes de irte a dormir, puesto que al agua caliente estimula el sistema termorregulador y provoca una eliminación del calor corporal más rápida durante la noche.

Cuidado con la temperatura

Pese a que muchas personas incumplen esta norma, la temperatura óptima es de entre 22 y 24 grados. Lo mejor es mantenerla siempre en esta cifra y no bajarla, como ocurre en muchas oficinas. Si en un ambiente con aire acondicionado hay alguien con chaquetita es que probablemente la temperatura sea demasiado baja y haya que revisar a cuántos grados la tenemos.

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