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CORONAVIRUS

¿Sirven de algo los medidores de CO2?

No es ninguna sorpresa que saber las condiciones en las que podemos contagiarnos del SARS-CoV-2 es fundamental para que las medidas que se implanten sean eficaces y apropiadas.

Colegio

ColegioiStock

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Cada vez parece más claro que el contagio por fómites (utensilios contaminados) es baja. Esto es buena noticia porque permite relajarnos un poco en cuanto a limpiar bote por bote al llegar de la compra, aunque eso no evita la importancia del lavado de manos y superficies porque nada garantiza que el contagio sea menor porque hemos mostrado un interés especial en esta medida preventiva. El lavado de manos y superficies siempre será fundamental, así como evitar tocarnos la cara. De esto no hay ninguna duda, para este coronavirus y para otros patógenos.

La mala noticia es que, además del contacto directo entre personas sin distancia de seguridad y mascarilla, este coronavirus se queda en el ambiente en pequeñísimas gotículas, los temidos aerosoles. Estas partículas pueden permanecer en el ambiente durante unas horas así que no será suficiente con mantener la distancia de seguridad, hay que evitar estar en sitios cerrados y mucho menos sin ventilación.

Esto es algo que se dice muy rápido pero que en la práctica diaria es complicado, y más ahora que llega el invierno. Clases, oficinas, casas… son sitios críticos a los que tenemos que mostrar un interés especial para evitar estos temidos aerosoles. La parte menos mala es que con una correcta ventilación, podemos reducir el riesgo de contagio (aunque no eliminarlo).

Hace unos meses, la Universidad de Harvard publicó una guía con recomendaciones para una correcta ventilación. Basándose en esa guía, el CSIC ha elaborado un documento donde se dan pautas sobre ventilación y purificación de aire teniendo en cuenta varios factores que no podemos olvidar: volumen de la sala, número de edad de los ocupantes, actividad que se realiza (no es lo mismo un aula deportiva que una clase o una oficina), la incidencia de casos en la región y el riesgo que todos queramos asumir.

Medidor de CO2
Medidor de CO2 | iStock

Para una sala de unos 100 metros cuadrados, con 25 ocupantes, debería renovarse el aire unas cinco o seis veces por hora. Es mucho, sí. Esto no evitaría el uso de mascarillas ni de distancia de seguridad, así como seguir con el resto de medidas de higiene. Y como nota importante: no elimina el riesgo, sólo lo reduce.

En orden de eficacia valoran:

- Espacio exterior

- Ventilación natural.

- Ventilación individual.

- Ventilación centralizada.

- Purificador de aire.

Los filtros HEPA se han puesto de moda, corresponden a la última alternativa: purificación de aire así que podríamos considerarlos un complemento, pero no el único.

Ahora viene la pregunta del millón: ¿estamos ventilando lo suficiente? ¿la ventilación está siendo eficaz?

Para dar respuesta a esta incertidumbre, la guía propone realizar algunos ensayos para medir la cantidad de CO2 del ambiente como indicador del estado del aire.

Aquí os adjunto el documento, los ensayos están entre las páginas 30 y 40 pero toda la guía es interesante ya que indica cómo ventilar y purificar el aire.

Otra alternativa a estos ensayos podrían ser los medidores de CO2 ¿qué son estos aparatos?

Son dispositivos diseñados para valorar la calidad del aire. No son una novedad ya que se utilizaban en el diseño de estructuras, pero sí se están recomendando actualmente para lugares cerrados donde haya más de veinte personas en los que tengamos dudas sobre su correcta ventilación.

En realidad, son sondas que miden el dióxido de carbono en ppm (partes por millón) que tenemos en nuestra estancia. Lo más habitual es que sean sensores que funcionan por infrarrojos, aunque hay otras opciones. Estos basan su funcionamiento en que el CO2 absorbe la radiación infrarroja de una forma única de manera que puede conocer cuándo la presencia de dióxido de carbono en el ambiente es elevada.

En el exterior, la concentración de CO2 ronda las 350-400 ppm. En un sitio cerrado serían tolerables hasta 1000 ppm, aunque lo recomendable sería entre 500 y 800. A partir de 2.000 ppm se podría considerar que la habitación no está correctamente ventilada.

Es necesario colocarlo correctamente. No puede estar cerca de corrientes de aire o zonas muertas como estanterías, también habría que evitar que estuvieran cerca de fuentes de calor.

Los precios en el mercado no son inaccesibles, pero no podemos considerar un medidor de CO2 como una garantía de eliminación de riesgo de contagio sino como una validación de la eficacia de la ventilación. Únicamente son sondas que aportan un indicativo más de un estado del ambiente. No aseguran una reducción del contagio, no evitan que ventilemos y, bajo ningún concepto se pueden usar de excusa para eliminar el resto de las medidas.

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