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¿Quieres comer hidratos de carbono y perder peso? El secreto está en el almidón resistente

Dejar enfriar la pasta o el arroz, buenos trucos para que el almidón de estas comidas pase a ser resistente y, por tanto, no te engorde.

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Comer hidratos y perder peso, comer hidratos y perder peso... Lo repetimos porque no nos lo creemos, ¿verdad? Pues resulta que sí es posible y que es el almidón resistente el que puede echarnos una mano para que esos platazos de arroz, esas patatas o esas deliciosas recetas con pasta no nos pongan kilos, sino todo lo contrario. Pero, ¿qué es el almidón resistente?

En los hidratos de carbono nos encontramos con almidón y azúcar. Ese almidón que se digiere rápidamente se convierte en glucosa y nos hace ganar peso. Esa es la razón principal por la que se suele decir que tanto el pan blanco como la pasta o el arroz refinados engordan. Sin embargo, ese almidón puede convertirse en almidón resistente de una manera sencilla. El truco consiste en dejar enfriar el arroz, la pasta o las patatas cocinadas antes de comerlas. Luego podemos recalentarlos, pero el almidón ya será resistente.

Ensalada de arroz con pavo y setas
La receta de Arguiñano | antena3.com

Este almidón resistente cuenta con dos calorías por gramo en lugar de cuatro, lo que lo hace más ligero que el almidón normal. Pero la clave es que pasa por el estómago y por el intestino delgado sin ser digerido y llega al intestino grueso, donde alimenta a las bacterias y genera ácidos grasos, entre ellos el butirato, que tiene la propiedad de ser un antiinflamatorio y prevenir el cáncer de colon.

Los beneficios de este almidón resistente son variados: por un lado aumenta la sensación de saciedad con lo que se configura como un importante regulador del apetito. Esto hace que sea un perfecto aliado para la pérdida de peso. Además, también favorece el tránsito intestinal y hay estudios que señalan que puede ayudar a quemar grasas de una manera más eficaz.

Además de en el arroz, la pasta o las patatas cocinadas (pero enfriadas y recalentadas), el almidón resistente puede encontrarse en otros alimentos. Un ejemplo son los plátanos verdes. Eso sí, en cuanto maduran, ese mismo almidón pasa a ser normal. Otras fuentes son la avena o las legumbres. El interés por tomarlo ha llevado incluso a que se comercialice fécula de patata, aunque nosotros preferimos seguir quedándonos con el truco del arroz y la pasta recalentados...

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