Cuando te preguntan qué es lo más guarro que has comido... y respondes esto

A la pregunta "¿Cuál es el plato más graso que has comido nunca?" los usuarios confiesan bajo seudónimos sus placeres más culpables. "La caja para cuatro personas de McDonald's", cuenta uno de ellos, "en realidad acabé compartiéndola yo solo... con mi perra, al que le gustan un poco las 'cheeseburgers'". Varios usuarios confiesan también hacerse zampado solitos el cubo entero de KFC. "Yo comí una vez 40 'nuggets' de pollo y dos batidos de chocolate", confiesa otro. Pero alguien sube la apuesta y cuenta que una vez asistió a un concurso consistente en comer 60 'nuggets' en 60 minutos, y que solo cuatro personas lo consiguieron.

Otros usuarios por su parte, explican que los escenarios clásicos para cometer los clásicos 'guilty pleasures' gastronómicos, que a menudo pueden dar lugar a una indigestión, son los casinos de Las Vegas. Quien nunca haya estado en alguno de ellos debe saber que los bufés de estos lugares son un dechado de delicatessen que van desde el caviar a la langosta y toda una serie de postres azucarados de todos los tamaños, formas y colores. El azúcar, sin duda, constituye un reclamo para las personalidades de por sí adictivas de los jugadores, que entran en una espiral de enganche cuando se encuentran en el interior del casino de la que les resulta muy difícil salir.

Una usuaria explica, de hecho, que la escena de su 'fattest thing' fue precisamente uno de estos bufés, llamado The Bellagio, al que acudió con su ex marido y unos amigos. "No recuerdo la cantidad de visitas que hice, lo único que me viene a la cabeza es el final, cuando llevaba seis postres cargando entre las dos manos", asegura, y la terrible sensación "de no tener más espacio para la comida, que sentía que se depositaba ya en mi esófago". ¿La solución? Por supuesto, ir a tomar unas copas a la coctelería para intentar controlar el despropósito. Y es que en los casinos lo tienen todo más que pensado.

Más excesos. Alguien llamado @fattymattk asegura que se comió tres combos de desayuno de 'fast food' seguidos, pero que lo hizo en tres lugares diferentes. Primero en Tim Hortons, después en McDonald's y acto seguido en otro Tim Hortons. Pero no todo es afición al 'fast food' y a los postres azucarados: otro usuario confiesa que en una ocasión encontró unas langostas tan baratas y tan buenas que se comió cinco seguidas. Excesos también, pues, para paladares gourmet.

Lo cierto es que, por muy curiosas –e incluso graciosas– que nos parezcan algunas de estas anécdotas, muchos de estos usuarios no están hablando de algo puramente anecdótico, sino de un hábito, comer compulsivamente, que se repite y se repite hasta el punto de arruinarles la vida. Otro de ellos cuenta cómo lo que el llama "hambre emocional", que le acompañó durante una época de su vida hasta que logró ponerle freno, le llevaba a comerse dos pizzas enteritas, seguidas, una detrás de otra, siempre que había tenido un mal día. Y eso sucedía a menudo.

En la misma línea, otro usuario explica que en varias ocasiones ha comprado tanto chocolate y comida basura para él mismo que el dependiente le ha preguntado si iba a dar una fiesta. "I hate myself", explica. Otro de ellos cuenta que su mujer tiró un brownie entero a la basura porque había quedado "un poquito quemado" y que procedió a comerlo compulsivamente directamente de la basura.

Una usuaria explica que, junto a su marido, se dedicaban a hacer un mes de desintoxicación al principio de su relación, y que cuando acababan se permitían el lujo de dedicar un día entero a la comida basura como compensación, al que llamaban "faturday". "Un 'faturday' glorioso", explica, compraron una galleta de chocolate gigante, cubierta con helado, pedazos de Oreo, salsa de chocolate y caramelo. Ahora, admite, "cada día es 'faturday'".

Para acabar, aunque hay muchos más ejemplos, una usuaria que se confiesa menuda y delgada, explica que su cuerpo se vuelve loco cuando tiene el periodo: "una vez me comí una pizza entera, un pollo entero, una lasaña familiar, un tubo de helado, cuatro patatas hervidas, una hamburguesa, veinticuatro galletas, un filete, y una bolsa de cortezas de cerdo", todo ello en dos días. No está nada mal.