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NO TE ENGAÑES: UNA ENSALADA PUEDE TENER 800 CALORÍAS

Comer verde no siempre es comer sano: toma nota de estos consejos

Con la llegada del calor, apetece comer más fresquito y más ligero y las ensaladas son una opción perfecta para ello. Pero tenemos la falsa creencia de que, por el hecho de comer verde, estamos comiendo sano, y la realidad no es esa en absoluto.

Si crees que por comer verde ya comes sano, esto te interesa

Si crees que por comer verde ya comes sano, esto te interesaG+J

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¿Sabías que hay ensaladas que llegan a tener 800 calorías?  La clave para que una ensalada sea saludable y ligera está en los ingredientes (incluido el aliño), no en que tenga “algo de verde”.

Cuando decidimos comer sano, pensamos que con una ensalada es suficiente, y que nos aportará los nutrientes necesarios, pero no. No se trata de echar al bol todas las verduras que encontremos, sino de saber cómo combinar los ingredientes adecuados, que se complementen en sabor y en beneficios para nuestro organismo.

Ingredientes básicos de tu ensalada
Hay ingredientes que son básicos en una ensalada: el tomate y la cebolla, por ejemplo, ayudan al sistema cardiovascular y también a prevenir algunos tipos de cáncer. Otros como la zanahoria, nos ayudan a mejorar nuestra piel y cabello por su alto contenido en vitamina A, o la lechuga, perfecta para hidratar.

Tus ensaladas se pueden convertir perfectamente en plato único si añadimos frutos secos, ya que aportan mucha energía. Las legumbres y la fruta, aparte de nutrientes, pueden aportar un toque diferente y rico a las ensaladas.

Otra opción es añadir proteínas a tu ensalada, como carne o pescado. Pero recuerda que si incluimos estas proteínas, lo mejor es que optes por carnes o pescados cocidos o cocinados a la plancha y no frito. Y si quieres que esté más jugoso cocínalo con especias. También puedes elegir proteína magra como atún al natural, salmón ahumado, jamón de pavo, huevo duro, pollo asado… Si tu ensalada lleva proteína estarás más saciada, y así evitaras picoteos a las pocas horas.

Los lácteos también son una buena opción para incluir y, además, si el queso te encanta, lo agradecerás. Solo elige las versiones como mozzarella light, requesón, cottage o queso fresco. Es mejor que sea fresco y bajo en grasas que curado.

En cuanto a los aliños, olvídate de salsas, y menos las que venden preparadas, ya que contienen muchas grasas saturadas y azúcares. Si te apetece combinar tus ensalada con una salsa de yogur, lo mejor es que la prepares tu misma. Así que lo mejor es optar por otros condimentos. El aceite de oliva, siempre sin pasarnos, el limón (que nos ayuda a absorber mejor las vitaminas), y algunas hierbas aromáticas, como el perejil, el romero, el cilantro o el orégano, son una muy buena opción. Le darán más sabor al plato y además aportarán antioxidantes.

Por último, si eliges un plato hondo para comer tu ensalada, no serás del todo consciente de la cantidad ingredientes que estarás poniendo. Por ello, opta mejor por platos alargados de color blanco, para que contrasten con los alimentos y así aumente tu sensación de saciedad. La presentación del plato también es muy importante, muchas veces comemos por los ojos, así que hazlo apetecible.

Con estos consejos podrás conseguir una ensalada perfecta y nutritiva. ¡Disfrútala!

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