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"A mi vecina le han funcionado"

Niños: ¿sirven para algo los productos para aumentar las defensas?

Una vez que comienza el curso escolar, comienza el baile de virus y bacterias en colegios y escuelas infantiles. El primer año de guardería (o si no ha ido, del cole) suele ser complicado para niños y padres. En ocasiones pasan malos casi todo el curso, encadenando catarros con catarros, fiebres con fiebres. Es el conocido como síndrome de la guardería.

Niña enferma

Niña enfermaiStock

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Cualquier cosa que me cuentes te voy a entender. Mi segundo hijo estuvo 7 u 8 fines de semana consecutivos con fiebre al inicio de la escuela infantil. Poco a poco la cosa fue mejorando, ya sólo eran mocos o diarrea, pero no había fiebre.

Entiendo que como madre o padre te preocupe, te genere dudas. ¿Será normal? ¿Será grave? ¿Tendrá algún problema de defensas?

Los problemas de defensas o inmunodeficiencias existen, pero son extremadamente raros. Si tu hijo se pone malito muchas veces a lo largo del invierno, en casi un 99% de las ocasiones se tratará de un niño normal. Consulta con vuestro pediatra que seguro os tranquiliza y os lo explica todo muy bien.

Puedes pensar, “entonces, si mi hijo es normal, ¿por qué se pone tantas veces malo?”. Cuando nacemos sólo tenemos las defensas que nos transmite nuestra madre a lo largo del embarazo y luego por la leche materna. Nuestro sistema inmune está virgen y limpito, no ha tenido contacto con ningún germen prácticamente, no los conoce. Ponemos las vacunas desde pequeñitos para protegerlos frente a infecciones graves y prevenibles.

Pero, ¿qué pasa con el resto? Pues que hay miles de virus que causan catarro, gastroenteritis… Cuando pasemos uno causado por uno de ellos, para la siguiente nuestro cuerpo ya lo reconocerá. Pero, ¿y si el siguiente catarro está causado por un virus distinto? Pues que a ese en concreto nuestras defensas no lo conocen, aunque cause el mismo catarro. ¿Resultado? Tu hijo encadena un proceso con otro a lo largo del invierno.

Entiendo que en todo este proceso, en que el sistema inmune de tu hijo se aprende los múltiples gérmenes que le rodea para estar preparado para el siguiente ataque, te desesperes o te agobies. Es algo normal y, si vuestro pediatra lo ha visto, no hay ningún signo de alarma y crece bien, sólo nos queda la paciencia. “¿Sólo paciencia? ¿No hay medicamentos para aumentar las defensas?”.

Bebé jugando
Bebé jugando | iStock

Ningún producto para “aumentar las defensas” ni vitaminas ha demostrado nada en ningún estudio serio. Y si a tu vecina le ha funcionado, ¿por qué será? Habitualmente estos productos se usan tras muchos procesos, cuando la familia ya está un poco desesperada. Igual ya está pasando el invierno y llegando la primavera, una época menos sufrida desde el punto de vista de las infecciones. El niño ya no enferma tanto. Pero, ¿por qué? ¿Por el producto en sí o realmente porque es una época mejor a lo que sumamos que el niño ya se ha hecho inmune a múltiples gérmenes? O igual no es ni siquiera el mismo año. Igual el primer año de escuela infantil es horrible y los papás deciden iniciar uno de estos productos en el segundo año porque alguien se lo ha recomendado. Te vuelvo a preguntar: ¿es por el producto o porque este año el niño es mayor y su sistema inmune está más maduro?

Da igual que sea un producto de farmacia o de herbolario. Da igual que en el envase ponga que es para “aumentar las defensas” o que sean vitaminas. Ninguno ha demostrado nada. ¿Qué mejores vitaminas le puedes ofrecer a tu hijo que el que coma variado y saludable? Frutas, verduras, legumbres, carne, pescado, huevos… Comida real, no procesada y saludable. No hay mejores vitaminas.

¿Conclusión? A las familias que me preguntan suelo contestar siempre lo mismo: “Si de verdad funcionaran, yo pondría un dispensador en la puerta de la consulta”. Pero, por desgracia, ninguno ha demostrado que funcione. Debemos ser sinceros con nuestros pacientes y evitar que os gastéis el dinero de manera innecesaria en cosas que nadie ha demostrado realmente que funcionen. Así que paciencia, todo pasa y todo llega.

No dejes de ampliar información leyendo este maravilloso post de mi compañera, la pediatra, Gloria Colli.

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