Reino Unido

Inyecciones antiarrugas presuntamente falsas causan un brote de botulismo que deja al menos 38 afectados

Varias mujeres han sufrido parálisis facial, visión borrosa y fatiga extrema tras recibir inyecciones estéticas a bajo coste. La mayoría desconoce qué sustancia les fue aplicada.

Imagen de archivo de una mujer pinchándose bótox.

Imagen de archivo de una mujer pinchándose bótox.Pexels

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Un brote de botulismo asociado al uso de inyecciones antiarrugas presuntamente falsas ha dejado, hasta la gecha, al menos 38 personas afectadas en el Reino Unido, la mayoría de ellas en el noreste de Inglaterra.

La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA) ha confirmado que la causa de los casos se relaciona con productos tipo Bótox no autorizados, lo que ha generado alarma en el sector sanitario y ha desatado una investigación oficial.

El caso de Nicola Fairley

En el Hospital Universitario de North Durham, donde normalmente no se registra ningún caso de botulismo al año, cinco personas llegaron a urgencias en una sola noche de junio, todas con síntomas graves. Entre ellas estaba Nicola Fairley, madre de cuatro hijos y residente en Bishop Auckland.

"Consiguieron que el médico me viera en cinco minutos y comenzaron algunas pruebas allí mismo", ha recordado en una entrevista concedida a la BBC. Poco después de recibir la supuesta inyección cosmética en su propio domicilio, su salud comenzó a deteriorarse rápidamente, experimentando visión borrosa, dificultad para tragar, fatiga extrema, y parálisis parcial en la cara.

Fairley afirma que, tras su ingreso, su esteticista dejó de responder y que aún desconoce qué producto le fue inyectado o en qué cantidad. Otro caso similar, el de Kaylie Bailey, expone que, tras sufrir visión doble mientras conducía, acabó en urgencias y luego descubrió que le habían administrado un producto llamado Toxpia, que se puede adquirir por tan solo 92 libras, muy por debajo del coste de un botox auténtico.

Cuatro personas más acudieron al hospital esa misma noche

Sin embargo, el caso de Fairley no fue el único. Otros cuatro pacientes acudieron esa misma noche al hospital con síntomas similares. La situación obligó al centro sanitario a movilizar todas las existencias de antitoxina disponibles, un tratamiento derivado de sangre de caballo, desde hospitales cercanos como Newcastle, Carlisle y Leeds.

Una fuente del centro sanitario citada por la BBC advertía de que estaban "casi agotadas todas las existencias de la antitoxina" y que se esperaban diez dosis adicionales desde Londres. A su vez, aseguraba que el hospital se estaba "preparando" para más ingresos.

Investigación de la venta ilegal de productos "tipo Botox"

La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) ha confirmado que se encuentra investigando la venta ilegal de productos "tipo Botox" en el noreste del país. Su directora de seguridad, la Dra. Alison Cave, declaró que su unidad penal trabaja para identificar a los responsables de introducir en el mercado sustancias no autorizadas.

La MHRA ha señalado que adquirir este tipo de productos a través de canales no regulados puede dar lugar a tratamientos con toxinas falsificadas o peligrosas.

El Dr. Steven Land, médico estético con base en Newcastle, ha denunciado desde hace años la falta de regulación del sector. "He temido durante años un brote como este", declaró. "Farmacias falsas" le ofrecen semanalmente productos a precios sospechosamente bajos, muchos de ellos ilegales.

Según explicó Land, el problema es estructural. "La industria es el salvaje oeste. Cualquiera puede hacer un curso de fin de semana y empezar a inyectar productos potencialmente letales".

Finelmente, el médico señaló que, cuando las inyecciones se aplican correctamente y con productos genuinos, son seguras, pero que el uso de toxinas sin licencia entraña graves riesgos.

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