Una mujer en un autobús

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EL 50% LAS MUJERES DE TURQUÍA HAN SUFRIDO ALGÚN TIPO DE AGRESIÓN

Los autobuses de Estambul dejarán a sus pasajeras donde pidan para evitar el acoso a mujeres

Desde el 18 de noviembre, Estambul ha introducido los trayectos a medida en autobús para evitar los casos de agresión sexual callejera y que las mujeres puedan regresar a casa evitando calles consideradas peligrosas.

"A partir de las 10 de la noche si una mujer me pide que pare, la dejo bajar sin esperar a la siguiente parada" relata Cem, un conductor de autobús de la parte asiática de Estambul, "así ella está más cerca de casa y no corre peligro". Desde el 18 de noviembre, el Ayuntamiento de Estambul ha introducido esta medida para intentar reducir los casos de agresión sexual callejera, y que las mujeres puedan regresar a casa evitando calles consideradas "peligrosas".

"Una vez más se toman medidas para proteger a la mujer en lugar de educar al hombre", valora Armagan Sagam, de la Asociación de Mujeres por la Paz. "Vamos más directas a casa pero el problema sigue ahí", dice de forma tajante.

Con Armagan coincide otro conductor de autobús, Abdul, que recorre el centro de la ciudad: "no me parece bien, es como si los hombres tuvieran la libertad de atacar a partir de las 10 de la noche y necesitamos proteger a las mujeres", comenta. "Pero no solo atacan tras bajar del bús, ¿y el resto de transportes?", añade enfadado.

Según una encuesta de la universidad de Hacettepe en Ankara, la mitad de la mujeres en Turquía han sufrido algún tipo de agresión verbal o física en la calle. Los grupos feministas han creado numerosas iniciativas para combatir el acoso callejero, desde clases de defensa personal, a manifestaciones nocturnas para ocupar la calle o campañas en redes sociales para dar voz a los abusos que sufren.

En la etiqueta #sendeanlat (tú también cuéntalo), las mujeres relatan sus experiencias de acoso callejero, y acumula más de tres millones de mensajes desde que se creó a mediados de 2015, tras la brutal violación y asesinato de la estudiante Özgecan Aslan por el conductor de un minibús.

"Es un problema social, empieza en la familia, en el marido, pasa por la política, por los discursos misóginos de Erdogan y acaba en el acoso en la calle", explica B.T., una feminista de un grupo universitario que pide ser sólo identificada por las siglas. "Tras el golpe de estado ha aumentado, todas lo hemos visto, desde los feminicidios al acoso en la calle", indica.

Todas las agrupaciones feministas de la ciudad denuncian el discurso del gobierno islamista del AKP, que ha expresado en numerosas ocasiones su visión de la mujer en la sociedad. El presidente Recep Tayyip Erdogan dijo el pasado junio que una mujer que no es madre es "media persona" y "menos femenina"; también dos años antes expresó que "las mujeres y los hombres no son iguales".

La Universidad de Bahcesehir realizó una encuesta el año pasado que refleja cómo interpreta la sociedad la violencia contra las mujeres: un tercio de los encuestados creía que "algunas mujeres" merecen ser golpeadas, mientras que el 60 % creía que las empresas deberían dar prioridad a los hombres ante las mujeres.

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