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EN GRANADA

Concluye la restauración de las pinturas de la Sala de los Reyes de la Alhambra tras una década de trabajos

Un equipo ha trabajado durante una década en la rehabilitación de las pinturas de las tres bóvedas y las yeserías. Las representaciones restauradas son "ejemplares únicos en el mundo" dado que combinan técnicas cristianas y musulmanas.

El Patronato de la Alhambra y el Generalife ha concluido la restauración de las pinturas sobre cuero de la Sala de los Reyes, únicas en el mundo por combinar técnicas cristianas y musulmanas, representando escenas cortesanas de la época nazarí, sobre piel de caballo en bóvedas, con trabajos que, durante más de una década, también se han extendido a la iluminación y a las yeserías sobre las que se asientan.

Los trabajos, cuyo presupuesto han superado los tres millones de euros, han sido presentados este lunes en Granada por el consejero de Cultura, Miguel Angel Vázquez, la delegada del Gobierno andaluz en Granada, Sandra García, y el director del Patronato de la Alhambra y el Generalife, Reynaldo Fernández.

El equipo muldisciplinar está conformado por profesionales como arquitectos, restauradores, químicos, biólogos, o historiadores del arte, y ha trabajado en la rehabilitación de las pinturas de las tres bóvedas y las yeserías en diferentes fases y áreas de trabajo.

Entre ellas, destacan los reversos de las bóvedas de las salas, las pinturas sobre cuero, las bóvedas de mocárabes y zócalos, intervenidas estas últimas por el taller de restauración de yesería, cerámica, vidrio y pintura mural del Servicio de Conservación del conjunto monumental granadino.

Este espacio palatino, mandado edificar por el sultán Muhammad V (Granada, 1338-1391) en el siglo XIV, fue lugar de reposo y tertulia y debió de ser escenario de fiestas y celebraciones en la etapa nazarí dentro del recinto de la Alhambra.

Miguel Ángel Vázquez ha señalado que las representaciones restauradas "son ejemplares únicos en el mundo, lo que les confiere el carácter de auténticas joyas", que desde hoy "pueden ser contempladas y admiradas por todos los ciudadanos".

"Seguimos estando comprometidos con el patrimonio, conservando y protegiendo este legado para que pueda llegar en óptimas condiciones a las generaciones futuras", ha agregado el consejero de Cultura.

"Durante estos trabajos se han instalado también una serie de sensores climáticos en los reversos de las bóvedas que permiten recoger y estudiar parámetros como la temperatura, humedad relativa y el contenido en agua de la madera", ha explicado, por su parte, el director del Patronato de la Alhambra y el Generalife, quien ha detallado que la última fase de la intervención ha superado los 115.975 euros.

La responsable técnica de la empresa encargada de la última fase de restauración Laura García ha explicado que estos trabajos han consistido en la reintegración "volumétrica y cromática" de las bóvedas, la estabilización y fijación del cuero, y la eliminación de algunas antiguas intervenciones como ceras que se habían aplicado en la década de los 80 del siglo pasado, las cuales "estaban creando muchas tensiones en un material muy sensible" como es la piel de caballo, en combinación con la madera que es la base de las bóvedas, la capa de preparación que es el yeso, y el temple.

Cada una de las bóvedas tiene una dimensión de unos 15 metros cuadrados, y no se conocen antecedentes similares, aunque sí ha quedado en evidencia que no era la primera vez que se utilizaba esta técnica, ha detallado García, quien ha señalado que, entre las tecnologías utilizadas en esta última fase, de unos nueve meses de duración, se ha incluido un "levantamiento fotográfico" en tres dimensiones.

Aunque no hay documentación que explique lo representado, en la escena central algunos expertos han reconocido a sultanes o personajes de la corte nazarí, con "turbantes y el máximo signo de dignidad, que es la espada jineta".

Los estudios científicos que se han desarrollado servirán también para el seguimiento de la evolución del estado de las pinturas y las bóvedas.

A lo largo del tiempo, las pinturas de la Sala de los Reyes se han visto sometidas sistemáticamente a una serie de intervenciones. Una de ellas fue la modificación de las cubiertas de Rafael Contreras en 1855. A partir de esta fecha, el deterioro de las pinturas avanzó muy rápidamente, como consecuencia de las filtraciones de agua procedentes de los tejados.

El daño provocado por aquella obra se ha subsanado con la reconstrucción de las cubiertas y la vuelta a la configuración de un único espacio accesible sobre las bóvedas, de manera que se pueden realizar trabajos de mantenimiento".

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