Oveja manchega negra

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INVESTIGADORES DE LA UNED

Un estudio pionero permite detectar y regular los antibióticos en la leche de oveja

En la leche de oveja puede haber antibióticos, utilizados en su alimentación. Pero si hay un nivel excesivo, pueden ser perjudiciales para el ser humano. Ahora, un estudio pionero de la UNED los detecta y permite regular su nivel.

En la cría y explotación de ganado se suelen utilizar antibióticos, que pueden llegar hasta la leche de oveja que luego consumimos. El problema reside en es que si estos compuestos superan la dosis recomendada por la Unión Europea, afectan de forma negativa al organismo.

Investigadores de la UNED, en colaboración con el Centro Nacional de Selección y Reproducción Animal de Ciudad Real han desarrollado un método pionero que detecta y cuantifica los antibióticos en la leche. El método, publicado en la revista 'Food Chemistry', se basa en una primera desproteinización de la muestra seguida de un proceso de extracción en fase sólida.

Para su validación, los investigadores utilizaron muestras de leche procedentes de ovejas de raza manchega a las que no se les había administrado ningún antibiótico, y que fueron dopadas con concentraciones conocidas de los antibióticos objeto de estudio. Mediante técnicas analíticas de separación y detección, los científicos pudieron averiguar si la concentración superaba los límites máximos de residuos establecidos por la Unión Europea.

Consumir leche o productos animales que contienen residuos de antibióticos puede producir los mismos efectos perjudiciales que si se tomara de forma directa una dosis equivalente sin prescripción médica. Otro efecto peligroso desde el punto de vista sanitario es que la persona que ingiera estos productos con residuos desarrolle resistencias bacterianas, ya que las bacterias pueden extenderse de unos organismos a otros, pasando de los animales al hombre.

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