Fue durante quince años la mano derecha de Julio Iglesias, su andadura con el artista más internacional de nuestro país comenzó en 1969 y con él estuvo hasta el año 84. Tres lustros que dieron mucho de sí, no sólo para conocer  la cara más amable del cantante sino también para conocer la más oscura. En "Secretos Confesables", Alfredo Fraile nos acerca la realidad que vive el artista que siempre ha estado en la cima del éxito. En el escenario es grande pero en la intimidad las cosas cambian.

"Es hipocondríaco por el accidente de coche que le dejó inválido y que le retiró del fútbol, eso le ha perseguido toda la vida. Tiene una gran inseguridad psicológica y física. Una vez me llamó de madrugada para decirme que no sentía las piernas, que se había quedado paralítico. Todo era producto de su imaginación", asegura en Espejo Público. Sorpende que al principio de su carrera Julio sintiese pavor de salir al escenario, a veces incluso acomplejado por su inglés y porque no creía en su triunfo. Fraile critica que "a Julio nunca le gusta dar la cara, evita los problemas. Es una persona que acaba echando de su vida a las personas que se preocupan por él".

El que fuera manager de Julio Iglesias le dedica muchas páginas de este libro a Isabel Preysler y al tormento que la filipina vivió con Julio iglesias y sus infidelidades: "Cuando Isabel le dijo que estaba embarazada, él le propuso casarse de inmediato. Pero ella, que tenía 18 años, le dijo que no tenían que casarse sólo por esperar un hijo. Julio tuvo que insistir mucho para convencerla. Isabel le dejó porque ya estaba harta de sus infidelidades, no le pidió nada, es una excelente persona".

Julio siempre ha presumido de su pasión por las mujeres. Llegó a reconocer que había estado con 3000, algo que Fraile desmiente, "en la agenda no llegan ni a 1000 mujeres. Sus contactos los conserva en una agenda roja de Cartier que lleva las iniciales de JI."

Alfredo Fraile habla en su libro del distanciamiento de Julio con sus hijos, especialmente con Enrique. "Cuando Enrique grabó su primera disco, Julio sólo tuvo palabras de desprecio hacia sus canciones". Recuerda que el artista siempre se sintió culpable del secuestro de su padre por ETA. "Sufrió mucho, apenas comía y le costaba dormir". Desmiente también que llegasen a pagar ni un céntimo por la liberación del doctor Iglesias Puga. El por qué de este libro, lo responde Alfredo Fraile. "Cuando empezaba, nadie creía en él más que yo. Mi padre me prestó dinero para poner aquello en marcha. El éxito que tuvo conmigo era de los dos, es mi parte de vanidad a la que tengo derecho", dice.