La familia Alarcón, atiende a la evolución de Sofía que, tras haber caído por la escalera, y recuperarse graciás a la ayuda del doctor, ha perdido a su hijo.
Una prueba confirma las sospechas de Julio; después de encontrar su uniforme ensangrentado en los fogones de la cocina, Julio cree que Cristina ha muerto… pero… ¿quién ha sido el culpable? Y… ¿tiene este algo que ver con la joven que acaba de ser asesinada en el pueblo?
La muerte de la joven prostituta que acompañaba a Javier Alarcón, trae hasta Cantaloa, al Detective Ayala. La punta de un cuchillo de oro incrustada en la herida de la joven, lleva al detective hasta el gran Hotel donde comienza la investigación. Julio es el primer sospechoso hasta que Sebastián, el dueño del local de apuestas deja otro nombre caer, el de Javier Alarcón.