Pedro acude a la cena y excusa la ausencia de Olmo quien no pudo asistir. Francisca, por su parte, se toma muy mal su ausencia e inventa un plan para hacer ver a su hija que tiene posibilidades con Olmo.
Mientras, Eulalio le cuenta a Sebastián que Emilia no es su hermana porque Raimundo le robó el bebé. Pero la joven también será víctima de otra mentira, la de Severiano. Su desconocimiento hace que le defienda frente Alfonso quien sólo pretende hacerla reaccionar. Sebastián, a su vez, habla con su padre: tiene que decirle a Emilia lo que ambos saben.
Entre tanto, Rosario trata de hablar con Soledad para dejarle claro que no debe entrometerse otra vez en la relación con sus hijos. Sólo es una sirvienta, no es quien para decirle cómo tiene que actuar.
Pepa se rinde y está dispuesta a despedir a Martín... Sin embargo, cuando llega el momento, no es capaz de hacerlo. El enorme dolor de perder a su hijo se apodera de ella y no lo soporta. En un ataque de locura acaba gritando delante de todo Puente Viejo que Martín es su hijo.