Una interna perfecta. Así es como definen el comportamiento de Raquel Gago dentro de prisión. Ejemplar, colaboradora, educada y prudente. Una conducta que se asemeja más al de una víctima del caso que a una implicada. Tanto que entre los funcionarios de la cárcel crece la sensación de que es demasiado buena para estar metida en el crimen. ¿Táctica o realidad? Instalada en el módulo de ingresos e incluida en el sistema de prevención de suicidios Raquel Gago se mantiene firme. Una entereza que sólo se desmorona durante las visitas de amigos y familiares.
En las últimas semanas ha cambiado los libros por el sumario de la causa en la que está inmersa. Un sumario de más de mil folios que la policía local revisa y subraya con suma atención. Espejo Público ha tenido acceso a todos los detalles. Los agentes ante sus superiores reconocen no haber contado detalles que pueden beneficiar a la policía local imputada.
Raquel Gago se mantiene en pie busca y estudia documentos que pueden reforzar su declaración y ser puesta en libertad. Y hay uno en concreto, recientemente incorporado al sumario en el que Raquel mantiene aferradas todas sus esperanzas. Es la declaración de dos Policías de la Comisaría Provincial de Burgos. Los mismos agentes que fueron destinados a León minutos después del asesinato de Isabel Carrasco para reforzar la investigación y los mismos que encuentran el arma en el coche de Raquel.
¿Por qué es tan importante este documento? 12 de junio de 2014. Los dos policías comparecen ante sus superiores policiales para hacer una rectificación de la declaración que hicieron ante el juez. Ahora en este documento cuentan la verdad a sus superiores policiales.
Sí que estuvieron en el domicilio de Raquel Gago horas posteriores al crimen, un detalle cuanto menos importante que no mencionaron ante el juez. Es más, negaron haber estado allí. Los agentes dejan constancia eso sí de que su papel fue meramente testimonial.
Fueron 20 largos minutos ante una Raquel Gago nerviosa en salón de su casa. Les ha invitado a subir porque tiene algo importante que contarles. Con ellos se encuentra también un compañero de comisaría de León, el mismo al que Raquel Gago llama personalmente para contarle que tiene información sobre el arma.
Tras escuchar perplejos su relato los agentes como explica el documento bajan al garaje del inmueble a examinar el vehículo de Raquel. Y efectivamente allí encuentran la bandolera con el revolver en su interior.
Un complicado relato y una pregunta obvia ¿Por qué deciden rectificar ahora y decir la verdad? Los agentes dan explicaciones y señalan que: en un exceso de prudencia entendieron que la práctica de diligencias correspondía a la propia Comisaría de León y para que su presencia en el domicilio no pudiera entenderse como un exceso en sus funciones, ocultaron la información.
Un documento comprometedor que los agentes piden se le traslade al juez. Un escrito que prueba irregularidades en la detención de Raquel. Trato de favor por pertenecer al cuerpo y ocultación de información. Un escrito que Raquel ya tiene en sus manos y que va a utilizar para pedir su puesta en libertad.