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NÚMERO DE SERIE

Glee despide en Nueva York una completa segunda temporada

El fenómeno Glee continúa. Aunque muchos se empeñen en negarlo. La segunda temporada ha finalizado con un episodio rodado en Nueva York. 12 millones de espectadores y un 4,6/12 en los demográficos dan muestra de que es una serie de masas capaz de atraer la atención de la audiencia durante dos años seguidos. Este broche de oro, rodado por las cinematográficas calles de la urbe mundial, ha puesto el punto final a 22 capítulos en los que los chicos de New Directions nos han hecho llorar y reír, disfrutar con las actuaciones, los bailes y del espíritu de Glee, a medio camino entre lo naïf, lo negro y lo entrañable. 

¡¡CUIDADO!! Contiene spoilers del capítulo final de la temporada...

Segunda temporada de Glee

antena3.com Segunda temporada de Glee

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Muchas tramas han culminado en el capítulo de la gran manzana. Rachel y Finn por fin se han besado durante la actuación en el campeonato nacional de coros. Los dos han mantenido un continuo tira y afloja durante la temporada y parece que, finalmente, los guionistas nos han regalado la posibilidad de que estén juntos durante la tercera. Es una pareja que funciona y que nos divierte. El personaje de Rachel Berry, interpretado magistralmente por Lea Michele, es una fuente inagotable de recursos cómicos, dramáticos y extravagantes. Y sin citar sus actuaciones, que son siempre las mejores perlas musicales de Glee.
Lo importante es participar
Por raro que parezca los chicos de New Directions no ganaron los nacionales. Ni siquiera se clasificaron. Se han tenido que conformar con el puesto número 12, aunque para los chicos del coro es suficiente, y para los espectadores también. El mensaje de Glee es precisamente el no rendirte, el luchar por lo que quieres y no ambicionar ser el número uno, sino disfrutar con lo que haces. Me parece que Glee acierta de pleno en ofrecer este tipo de mensajes a los adolescentes, que ven cómo se aborda sin complejos los muchísimos problemas a los que se enfrentan los púberes en la actualidad. 

Mr. Will Schuester (Matthew Morrison) ha dejado sus sueños de estrella colgados en las bambalinas de Broadway y ha decidido permanecer junto a los chicos del Glee Club. Una decisión que refleja fielmente la personalidad de Will, preocupado por sus chicos más que por sus propias aspiraciones. Su relación con Emma aún está por venir pero, ¿y todo lo que nos han hecho disfrutar con esta gran tensión sexual no resuelta? Sabemos que al final acabarán juntos, el cuándo y el cómo aún lo tienen reservado para futuros capítulos, pero llegará. Eso seguro.
Sue Sylvester (Jane Lynch), que no ha salido en este capítulo, ha vuelto a ser, al igual que el año pasado, el gran gancho de la serie. Todo en el personaje de la entrenadora es atrayente: desde sus planes conspiratorios para destruir el Glee Club, su crueldad a la hora de dirigirse a los alumnos (que llame "porcelana" a Kurt no deja de tener su punto a pesar de que lo diga cien veces), hasta los momentos tiernos en los que la hemos visto con su hermana, Jean, nacida con Síndrome de Down y que murió en el capítulo anterior a la finale en un episodio para el recuerdo.

Todo en Sue es grandioso, inesperado. Un personaje que goza de momentos reservados sólo para los grandes personajes, los inolvidables. Sue Sylvester ya forma parte de ellos y aún le queda mucho que ofrecer…
Personajes únicos para una serie única
Sólo en Glee una de las protagonistas es una chica que suelta frase inconexas y que tiene su propio talk show online ('Fondue para Dos'). Esa es Brittany S. Pierce, un personaje único, irrepetible. No en todas las series se habla abiertamente de la obesidad de los que no son populares como Mercedes, de los que sufren bullying homofóbico como Kurt o de los guaperas que eligen a la chica gordita como novia (Puck y Lauren). Así es Glee: diferente, mordaz, sincera. 

Aplaudo desde aquí la segunda temporada y espero encontrarme tras el verano una tercera repleta de lo mismo: buenas canciones, tramas que se prolongan durante toda la temporada y un sentido del humor que echo de menos en el resto de comedias. Seguro que no me defraudan. Hasta entonces, sólo nos queda esperar.

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