La maternidad me cambió para siempre
La maternidad y sus diferentes facetas
La maternidad me cambió para siempre y me ha hecho mejor persona, más humana y más fuerte. Es cierto que ser madre es el mayor regalo que nos da la vida, pero también tiene momentos complicados y no todo, es un camino de color de rosas.
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Como he dicho muchas veces ser madre es un mundo, no viene con manual de instrucciones y cada una lo vivimos de una manera, pero creo que todas nos sentimos un poco identificadas con esto:
• Caos y “miedo” el primer día en casa con nuestro bebé:
En el hospital todo es muy fácil porque nos ayudan y nos sentimos algo más protegidos pero cuando llegamos por primera vez a casa con el nuevo miembro de la familia nos entran ciertos miedos y ciertas dudas. De todos modos el instinto maternal, nuestros maridos, familiares y el tiempo nos hace solucionar y arreglar cualquier duda que tengamos.
• Cambiar un pañal es fácil pero no te confies:
Todos vemos muy sencillo o que será muy fácil, poner los pañales a nuestros pequeños y es cierto que no tiene ninguna dificultad, pero puede ser que los primeros por miedo a ponérselos “apretados” o a veces con las prisas los pongamos un poco regular y se les escape el “pipí” o el “popo”. ¡Qué no cunda el pánico!
• Olvídate de ir impecable:
Desde pequeña me ha encantado ir arreglada y cuidada pero una vez que eres madre tienes que tener claro que es complicado ir impoluta siempre,porque nuestra ropa pasa a ser el blanco ideal para los churretes o el pañuelo perfecto de nuestros hijos.
• Olvídate de ver mucho mundo el primer año de tu bebé:
Está claro que hay padres que se organizan fenomenal para todo y planean unos viajes fantásticos siendo sus hijos súper bebés pero lo más normal es que el primer año de vida de tú pequeño sea una odisea el viajar o salir del país.
• La vida con la pareja cambia al principio:
Tú pareja o marido pasa a tener un vínculo más fuerte contigo cuando también se viven situaciones más tensas por la falta de sueño y nuevas obligaciones.
• Las madres y nuestras historias a veces se hacen cansinas:
Sí, las mamás estamos tan orgullosas de nuestros hijos que estamos continuamente contando a los demás nuestras batallitas y nuevos logros de nuestros pequeños. A las amigas que son mamás a veces les resultan muy divertidas o de gran ayuda estas conversaciones, pero a las que aún no lo son puede llegar a aburrirles.
• Nuestros caprichos pasan a ser su bienestar:
Ya no te preocupas tanto de invertir tu dinero en ti, sino que ellos pasan a ser tu prioridad número uno y verlos con lo mejor y felices es lo que nos hace realmente feliz.
• Te sabrás de memoria todas las canciones infantiles:
Tengo que reconocer que más de una vez voy cantando por la calle “Pepa pig” o “La patrulla canina”.
• Un pequeño rasguño puede hacer que se nos salga el corazón del pecho y te sientas culpable de ello:
No sabéis lo mal que lo paso cuando veo que Anita se cae y la caída no ha sido muy leve. Cuando una es madre prefiere que todo le pase a ella pero que sus pequeños no lo pasen mal.
• Sentirse culpable en algún momento cuando te vas a trabajar:
Tengo claro que hay que trabajar y que el día de mañana valorarán mi trabajo pero es inevitable en algunos momentos sentirme mal por no pasar más tiempo con Anita y sus hermanos. Aún así creo que es necesario y un ejemplo para nuestros hijos el trabajar y compaginar vida laboral y familiar aunque es MUY complicado.
Y como estose podrían numerar muchas más cosas, pero siempre tengo claro que si pongo una balanza ganarían los momentos positivos y la satisfacción que tengo de ser madre.
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