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CARACTERÍSTICAS MÁS COMUNES

¿Cómo detectar el narcisismo en una persona o en nosotros mismos?

¿El narcisismo es la pandemia de nuestra sociedad actual? Aprende a detectarlo mejorando así tus relaciones interpersonales.

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Se suele confundir autoestima con narcisismo, cuando son dos conceptos muy distintos. Destaca como diferencia principal que la autoestima es saludable y el narcisismo es una patología muy perjudicial para el que lo padece y para las personas que le rodean. Es normal que se confunda autoestima con narcisismo cuando vivimos en una sociedad que potencia el narcisismo con una cultura basada totalmente en el éxito.

Atendiendo al concepto de “modernidad líquida”, nuestra sociedad está en constante cambio, lo que genera inestabilidad, desconfianza e individualismo. Las redes sociales son una representación muy acertada de estas características, en las que se trabaja por mantener una imagen constante y exitosa de nosotros mismos.

Pieza de ajedrez
Pieza de ajedrez | Envato

¿Existen niveles de narcisismo?

Sí, podríamos decir que existen distintos niveles de narcisismo: hay personas con rasgos narcisistas y personas que tienen un trastorno narcisista de la personalidad. Las personas con un alto grado de narcisismo son personas con las que es imposible tener una relación saludable porque siempre van a buscar que la dinámica de la relación sea jerárquica, siendo ellos los que se posicionan en un rol superior. Por otro lado, las personas narcisistas a parte de tener problemas en sus relaciones interpersonales, también tienen más probabilidades de sufrir depresión, ansiedad, problemas de salud física y tendencia a las adicciones.

Teniendo en cuenta esto es fundamental saber identificar el narcisismo para pedir ayuda lo antes posible o para tomar distancia en relaciones tóxicas que hayamos iniciado.

¿Cuáles son las características más claras del narcisismo?

  • Autoestima inflada: su visión sobre sí mismos es exagerada y desproporcionada, lo que les lleva a posicionarse en un rol superior al de los demás. Por ejemplo: creer que no hay nadie mejor que ellos y creerse merecedores de un trato especial por ello.
  • Relaciones jerárquicas: buscan constantemente que los demás les admiren y les den atención, por lo que necesitan sentirse siempre superiores. Por ejemplo: exigir más de lo que se da en una relación.
  • Baja capacidad de introspección: no conocen bien sus emociones porque están enfocados en su imagen, lo que provoca que tengan dificultad para regular sus emociones o sus conductas. Por ejemplo: no saber por qué en un momento determinado se encuentra con peor humor.
  • Falta de empatía: normalmente si les interesa se esfuerzan al principio por ser amables y encantadores con el objetivo de que les admiren e incluso de generar dependencia en el otro. Por lo general, les cuesta comprender las necesidades ajenas y pueden tratar a los demás con desprecio para realzarse. Por ejemplo: no comprender las quejas de la pareja cuando se encarga de todas las tareas del hogar.
  • Envidia: cuando alguien alcanza un éxito, temen que su propia posición se vea afectada y dejen de admirarle, respondiendo por tanto con envidia e incluso obsesionándose con que son los demás los que le envidian. Por ejemplo: no alegrarse e incluso criticar cuando alguien cercano ha alcanzado una meta como puede ser un ascenso laboral.
  • Sensibilidad ante las críticas: se sienten muy vulnerables ante las críticas y responden siempre a la defensiva, siendo incapaces de analizar y reconocer sus propios errores porque detrás de esa máscara de seguridad extrema se esconde una autoestima frágil. Por ejemplo: atacar con algo del pasado cuando le transmiten que ha cometido un error.
  • Falta de responsabilidad: al no ver sus propios defectos, suelen echar la culpa a los demás y no responsabilizarse de sus actos, nunca quieren dar su brazo a torcer. Por ejemplo: tener un jefe que te echa la culpa por un proyecto que fue idea suya.
  • Control y manipulación: utilizan distintas estrategias como el control y la manipulación de los demás para conseguir sus objetivos. Por ejemplo: utilizar chantajes emocionales para convencer a otra persona de que haga algo que no quería hacer.
  • Prepotencia y autopromoción: Insisten en tener siempre lo mejor o intentan persuadir constantemente a los demás de ello, exagerando sus propios logros. Por ejemplo: no dejar hablar a los demás monopolizando una conversación sobre algo de lo que están orgullosos.
  • Fantasear con el éxito y el poder: se proponen objetivos demasiado ambiciosos o no realistas y sueñan con tener éxito (ya sea desde la belleza, la inteligencia u otro tipo de intereses). Por ejemplo: desear la perfección en algún ámbito de la vida.
  • Trato especial: frecuentemente buscan que se les trate de una forma especial con privilegios y si no es así tienden a enojarse por ello, se ofenden con facilidad. Por ejemplo: exigir que se les atienda antes a ellos en un comercio o colarse en una fila sin respetar los turnos.

Y tú, ¿qué harías si te encontraras a un narcisista?

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