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UN TRUCO MUY FÁCIL Y VISTOSO PARA ALEGRAR TUS ESPAGUETIS

Cómo hacer pasta de colores en casa

Hay muchos motivos para colorear nuestros platos de pasta. Si tenemos niños en casa van a caer rendidos a nuestros pies, nuestras recetas van a ser mucho más vistosas y, además, es tan fácil que no vamos a perder ni dos minutos en hacerlo.

pasta

Bonita, divertida, vistosa y nutritiva, ¿se puede pedir más?Cocinatis

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Para elaborar la pasta sólo vamos a necesitar tres huevos y 250 g de harina, y para darle color emplearemos diversos ingredientes. Esta técnica constituye una manera ideal no sólo de animar el ágape si tenemos niños sentados a la mesa, sino de conseguir introducir en nuestra dieta algunos nutrientes indispénsables, procedentes de verdura y pescados, de forma fácil y divertida.

Calcularemos unos 125 g de pasta por persona y comenzaremos por mezclar los ingredientes. Pondremos la harina sobre el mármol en forma de montaña y cascaremos los huevos en medio, como si fuese un volcán (clara y yema).

A continuación, con la ayuda de un tenedor, iremos incorporando al huevo la harina de los laterales, hasta que sea lo suficientemente compacta para que podamos trabajarla con las manos. Procederemos, entonces, a amasar durante unos minutos hasta que quede una masa compacta. En el caso de que la masa quede demasiado seca, conviene añadir un poco de agua templada.

Es en este momento cuando añadimos el ingrediente que va a colorear la pasta, justo antes de que comencemos el amasado propiamente dicho. Para dar color a la pasta es necesario hacer purés con los ingredientes, es decir, hervirlos y triturarlos (la cantidad dependerá siempre del sabor y color que queremos darle a la pasta).

Así para hacer pasta negra utilizaremos tinta de sepia o calamar (un sobrecito), mientras que para hacer pasta de remolacha bastará con añadir un poquito de puré de remolacha (remolacha cocida pasada por el pasapuré) al conjunto y lograremos color con muy poca cantidad de producto.

Para que la pasta sea roja utilizaremos puré de tomate, que intentaremos que nos quede lo más sólido posible para no arruinar la pasta, cosa que se consigue dejando cocer la salsa un buen rato.

Si queremos una pasta verde elaboraremos un sencillo puré de espinacas, con el que ocurre lo mismo que con el de tomate: para que la masa no nos quede demasiado líquida, tenemos que escurrir al máximo las espinacas de manera que eliminemos todo el agua.

Una vez añadidos los colorantes naturales en forma de verduras y pescados nos pondremos a amasar: se trata simplemente de crear una lámina fina e ir plegándola, de manera que quede cada vez más fina y más manejable. El proceso durará unos minutos, en los que veremos que nuestra pasta queda cada vez más colorida, resultado de la mezcla de huevo, harina y purés. Una vez esté lista la masa, que no se pegue al mármol y sea perfectamente manejable, la envolveremos con papel film y la dejaremos reposar unos 30 minutos.

Depués procederemos a cortar la pasta (si tenemos la máquina) o a elaborar la pasta que nos guste si es que tenemos que hacerla a mano. Los 'cavatelli', por ejemplo, son muy vistosos y muy fáciles de elaborar a mano, sólo requerirán un poco de paciencia y dedicación.

Ya tendremos nuestra pasta fresca para elaborar, por ejemplo, una colorida ensalada de verano.

 

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